Oraciones por el estrés

Oración de humildad ante nuestro Padre misericordioso

Gracias, Dios Padre, por la maravillosa gracia que has concedido a todos Tus hijos, la cual nos permite vivir a través de Tu gracia y crecer en la gracia. Aquella gracia que nos brinda la fortaleza suficiente y las habilidades de lo alto para vivir y obrar de manera de alabarte y glorificarte.

Señor, a través de Tu gracia fuimos salvados y pasamos a formar parte de Tu familia, nuestros pecados fueron perdonados, se nos permitió acceder a Tu trono de gracia y se nos imputó la justicia de Cristo.

A través de Tu gracia hemos recibido vida eterna, el Espíritu Santo comenzó a habitar en nosotros y se nos brindó la ciudadanía celestial con una herencia que es imperecedera y que jamás se desvanecerá. Y, además, a través de Tu bondad eterna brindas gracia a aquellos que son humildes y que se oponen a los soberbios y arrogantes.

Ruego poder vivir con un espíritu humilde y una mente dócil, para así cosechar los beneficios divinos de Tu don de gracia, que has prometido conceder a todos los que se humillan ante Tu santa presencia. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración de humildad por un cambio en mí

Querido Señor, me estoy dando cuenta de lo peligrosa que es la soberbia en la vida de un creyente y de lo importante que es para el corazón de Dios la humildad verdadera y piadosa.

He leído en Tu Palabra que la soberbia precede a la destrucción y que la arrogancia anticipa la caída, y comienzo a ver la naturaleza devastadora y destructiva de la soberbia y la verdadera bendición que procede de un corazón que es humilde y contrito.

No me dejes ceder a las numerosas tentaciones que la soberbia pareciera esparcir en mi senda, donde quiero ser el centro de atención y deseo recibir la aclamación y la alabanza que a Ti Te corresponden.

Enséñame Tus caminos y enséñame a vestirme de humildad piadosa, pues Pedro enseña que: "Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes". Gracias por haberme revelado Tu Palabra y por haberme ayudado a ver la hermosa verdad sobre la humildad. Te pido que día a día hagas una buena obra en mi vida, hasta asemejarme más a Jesús y menos a mí. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración para humillarnos a nosotros mismos

Nos humillamos a nosotros mismos, Oh Señor del cielo y de la tierra, ante tu gloriosa Majestad. Reconocemos tu eterno poder, sabiduría, bondad y verdad; y deseamos darte las más sinceras gracias por todos los beneficios que derramas en nosotros; pero sobre todo, por tu amor incalculable en la redención del mundo por nuestro Señor Jesucristo.

Imploramos tus misericordias para el perdón de nuestros pecados, pues hemos obrado mal en pensamiento, palabra o acción. Deseamos lamentar profundamente todas nuestras faltas y renunciar por completo a todo lo que sea contrario a tu voluntad. Deseamos dedicarte todo nuestro ser, cuerpo, alma y espíritu. Y al infundirnos estos deseos, acompáñalos siempre con tu gracia, para que así cada día podamos, con todo el corazón, entregarnos a tu servicio.

Deseamos ser tan santos e inmaculados como lo fue nuestro bendito Amo. Y confiamos en que cumplirás todas las promesas misericordiosas que él nos ha hecho. Déjalos que lleguen a sernos más queridos que millares de oro y plata; déjalos que sean el consuelo y el júbilo de nuestros corazones. No pedimos nada, sino que así sea con tus siervos conforme a su Palabra,

Amén.
John Wesley

Oración para inclinarme con humildad ante Ti

Señor, me inclino ante Ti con humildad y gratitud. Por el amor que manifestó el santo Hijo de Dios, quien fue profanado y destrozado como un vulgar ladrón por el pecado de los demás. Déjame recordar este amor mientras me inclino con humildad ante Ti.

Amén.

Oración para que mi deseo tienda hacia Ti

Oh Santo de los santos, Dios Señor mío, inclina tu oído para escuchar la plegaria de tu pobre sirviente: "Ayúdame y ponme a salvo para que obedezca tu palabra".

A pesar de no ser digno de tu bondad, me has recibido en el reino que has preparado para aquellos que son humildes y que te aman. Así pues, te amo, oh Señor mi fortaleza, con todo el corazón, tal como tú mismo me lo has ordenado con tu sagrada boca.

Eres mi esperanza y mi salvación, y mi deseo siempre tiende hacia ti. Mantenme lejos de todo error mediante un entendimiento perfecto; de toda impureza, mediante un corazón limpio; de todo tipo de duda, mediante la fe correcta; de toda desconfianza, mediante una esperanza firme; de toda indignación y negligencia, mediante una caridad apasionada; de toda inquietud, mediante una gran paciencia; de todo pensamiento impuro, mediante una meditación santa; de los ataques del diablo, mediante la oración continua; de las distracciones frecuentes, mediante una atención permanente en la lectura; de la apatía y el sopor, mediante una ocupación útil; y de cualquier pensamiento de satisfacer mis vicios, mediante el recuerdo de tu santa pasión. Acércate con todas estas virtudes, oh Señor, y confírmame en todas tus santas palabras,

Amén.
Thomas A Kempis

Oración para tener una visión de Tu poder

Padre Celestial, la mayoría de nosotros nunca hemos tenido una visión verdadera de Tu poder, Señor, y tampoco hemos sentido realmente nuestra propia debilidad. Déjame vislumbrar Tu verdadero poder, para así temerte con humildad inefable.

Amén.

Oración para tener una visión de Tu santidad

Querido Señor, Te pido que me hagas sensible a Tu santidad, para así poder ser consciente de mi vileza e inclinarme ante Ti con humildad y confesión. Puesto que Tú, oh Señor, eres santo.

Amén.

Oración para vivir de manera humilde ante Dios

Gracias, Padre, porque estoy posicionado en Cristo y estoy unido en Él. Qué gran consuelo es esto para mi corazón y mi alma. Señor, sé que no tengo derecho a haber recibido Tu maravillosa gracia, pues reconozco que he pecado contra Ti en pensamiento, palabra y acción. Y a pesar de esto, decidiste dejar Tu trono celestial y nacer en este mundo pecaminoso en forma de bebé, para que con Tu gracia y misericordia pudieras descender, recogerme, y sentarme en lugares celestiales. Mi alma, mi vida y mi todo necesitan un amor tan maravilloso y divino.

Por tanto, me arrodillo con humildad ante Ti y ruego que, con la misma gracia, termines la buena obra que comenzaste en mí cuando confié en el Señor Jesús como mi Salvador. Ruego que mi vida sea un reflejo de Él y que la profunda humildad, docilidad y bondad que fueron tan evidentes durante toda Su vida se reflejen en mí.

Ruego que, al igual que Jesús, pueda aprender la obediencia, incluso si significa tener que experimentar sufrimiento y dolor. Y Padre, ruego que, al igual que Él, pueda actuar con justicia, amor, misericordia y caminar con humildad ante Ti durante todos los días de mi vida, para Tu gloria y alabanza. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por la humildad

Oh Cordero de Dios que, con tu ejemplo y mandamiento, nos enseñaste a ser mansos y humildes, dame gracia durante toda mi vida, en cada pensamiento, palabra y obra, para imitar tu mansedumbre y humildad. Haz morir en mí todo el cuerpo de la soberbia; permíteme sentir que no soy nada y que no tengo nada, y que no merezco nada sino vergüenza y desprecio, desgracia y castigo. Oh Señor, no me dejes buscar nada ni reclamar nada; y hazme pasar por todas las escenas de la vida sin buscar mi propia gloria, sino que manteniendo los ojos completamente en Ti y actuando completamente por ti.

Nunca me dejes decir palabras de autoalabanza, a menos que mi prójimo las necesitara; e incluso así, déjame tener cuidado, al sanar a otro, de no herir mi propia alma. Que mis oídos y mi corazón estén siempre cerrados a la alabanza que proviene de los hombres.

Hazme rechazar todo elogio, de la forma que sea y sin importar de qué boca provenga. Libera mi alma de este lazo del infierno; tampoco me dejes extenderlo a los pies de otras personas. Quienquiera que perezca por esto, deja que su sangre caiga sobre su propia cabeza, y no dejes que mi mano caiga sobre ellos.

Oh dador de toda buena dádiva y todo don perfecto, si en algún momento te complace obrar por mi mano, enséñame a discernir qué es propio y qué es ajeno, y a entregarte las cosas que te pertenecen. Puesto que todo el bien que se hace en la tierra lo haces tú mismo, déjame devolverte siempre toda la gloria. Déjame, como cristal puro, transmitir toda la luz que derramas en mí, pero nunca me dejes reclamar como si fuera mío lo que es de tu exclusiva propiedad,

Amén.
John Wesley

Oración por la humildad para asemejarse a Cristo

Padre, cuánto Te agradecemos por el maravilloso ejemplo de verdadera humildad que se refleja en la vida y en el ministerio de nuestro Señor Jesucristo, Que a pesar de ser la encarnación de Dios, vivió Su vida en humilde sumisión a Ti y aprendió a ser sumiso y obediente por las cosas que tuvo que sufrir.

Gracias, Señor, porque en unión con Cristo tenemos Su mente, mientras nos sometemos a la orientación y a la guía del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Ayúdame a desarrollar el hermoso fruto espiritual de la humildad que es tan importante en la vida de todos Tus hijos, si hemos de crecer en la gracia y profundizar nuestro conocimiento de nuestro Señor y Salvador, el Señor Jesús.

No me dejes hacer nada por egoísmo ni por vanagloria, más bien haz brotar en mí la gracia piadosa para considerar que las necesidades y los deseos de los demás son más importantes que los míos. Ruego que me enseñes a vivir como Cristo vivió, con el poder del Espíritu y para Tu gloria y alabanza. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por la semilla de humildad del evangelio

Oh, Señor y Dios nuestro, frena nuestros pensamientos, para que así no divaguen en medio de las vanidades de este mundo. Oh Señor, Dios nuestro, déjame unirme a tu amor, aunque no sea digno. Glorificado seas, oh Cristo. Asciende hacia la cámara de tu renombrada luz, oh Señor; siembra en mí la buena semilla de la humildad; y con tu misericordia ocúltame bajo las alas de tu gracia. Si tuvieras en cuenta las iniquidades, oh Señor, ¿quién podría permanecer? Pues en ti hay misericordia.

Amén.

Oración por un corazón humilde

Padre celestial, confieso que mi tendencia natural se inclina a la soberbia bajo sus numerosas apariencias y disfraces. Siempre he querido demostrar que soy seguro de mí mismo frente a los demás, pero ahora comienzo a darme cuenta de que, de hecho, manifiesto soberbia en forma de egoísmo y autocomplacencia. Perdóname, Señor, pues ahora me doy cuenta de que he confiado en mí mismo para todo lo que necesito en lugar de poner mi vida en Tus manos.

Señor, ahora veo que he estado alimentando la carne en lugar de permitir que mi vida nueva en Cristo prospere y florezca.

Señor, vivo en este cuerpo mortal y tengo una mente falible; sin embargo, con Tu fuerza, deseo vestirme de humildad y gracia. Ahora veo que la fortaleza para hacer esto solo de Ti proviene y no como creía, y sé que debo intentar actuar con humildad frente a los demás. Hazme cambiar, Señor, y enséñame a someterme a Tu obra en mi vida.

Ruego que me ayudes a vestirme de humildad y verdad, y a permitir que el Espíritu Santo haga una obra tan profunda en mí, que la gente comience a ver a Jesús en mi vida y no a la antigua persona soberbia que solía ser. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.