Querido Señor, alguien que pensaba que me amaba de verdad me ha hecho mucho daño. Queríamos pasar nuestra vida juntos, pero me ha provocado un profundo dolor y ha hecho añicos mis emociones. Señor, a veces he sentido que se me parte el corazón, y me ha costado mucho asimilar el hecho de que nuestro amor ha fracasado.
Ruego que sanes mi quebrantamiento y le brindes Tu consuelo y fortaleza a mi alma, mientras intento recoger los fragmentos de mi corazón y comienzo a enfrentar el futuro una vez más. Señor, sé que no puedo hacerlo con mi propia fortaleza, sino solamente si me llevas en Tus brazos amorosos y derramas Tu sanación y consuelo en mi alma quebrantada. Ayúdame a dejar atrás este tiempo de desilusión y tristeza y a mirar hacia el futuro con esperanza y expectación, pues sé que puedes llenarme de alegría y que solo de Ti proviene el amor verdadero que puede satisfacer por completo los corazones que tienen hambre de amor.
Ruego que el proceso de sanación de Tu amor comience a curar mi quebrantamiento, para que así, en Tu momento y a Tu manera, traigas a mi vida a la persona que Tú elijas, pues eres el Señor del Amor y nos has dado la capacidad de amar a los demás y que ellos nos amen. Ayúdame a orar "Hágase Tu voluntad" en este ámbito de mi vida, y enséñame a amarte como corresponde, y dame la capacidad de amar a los demás tal como Tú me has amado. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Te agradezco y Te alabo, Padre, por Tu misericordia hacia mí. Gracias, Señor, por Tu inquebrantable fidelidad, consuelo y gracia, que se renuevan cada mañana y se restauran cada día. Gracias, pues eres un Dios Que se preocupa de cada uno de Tus hijos y que carga y cuida bondadosamente a todos aquellos que confían en Ti.
Aunque soy pobre y estoy necesitado, Te doy gracias, Padre, porque escuchas y respondes mis plegarias. Me ayudas en los momentos de angustia, me cuidas en mi momento de necesitad, me das fortaleza cuando estoy agotado, y me consuelas cuando estoy desconsolado. Gracias porque me llevas en Tus brazos eternos de misericordia y gracia, y alabo Tu santo nombre porque Tu gracia basta para todas mis necesidades y se perfecciona en mi debilidad.
Padre celestial, Tu misericordia hacia mí es hermosa y Te amo, pero mi amor se ha debilitado mucho. Ruego que me ayudes a amarte cada día más. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor, ruego poder amar a los demás tal como Cristo me ama y tener compasión de mis vecinos. Padre, sé que necesito Tu amor y Tu paciencia en este ámbito, ya que tengo algunos vecinos difíciles que me causan problemas. Señor, convierte mi corazón en uno que ame como Tú amaste. Cambia mi actitud para así tener compasión de mis vecinos, en lugar de aborrecerlos o despreciarlos. Ayúdame a verlos como Tú los ves; muertos en sus transgresiones y pecados, separados de Dios y necesitados de un Salvador.
Señor, ayúdame a capturar cada pensamiento negativo que tenga sobre ellos tan pronto como brote en mi corazón. Sé que esto Te complace y sé que esto es lo que deseas de todos Tus hijos. Haz brotar en mí un corazón amoroso, gentil, bondadoso y compasivo, y enséñame a ser testigo de Tu amor a través de mis acciones y mis palabras. No me dejes tener una actitud arrogante hacia ellos, pues sé que yo también me separé de Ti una vez; sin embargo, con Tu gracia y misericordia, me levantaste y me salvaste.
Padre, ruego que cada uno de ellos alcance una fe salvadora en Ti y que me conviertas en el vecino que Tú quieres que sea. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, cada vez entiendo más a qué se refería el Señor Jesús cuando dijo que Él es uno solo con el Padre y que oró para que Sus discípulos fueran uno solo. Veo que el amor es una hermosa unión del corazón y una dulce comunión del espíritu, y tal como el Padre y el Hijo emanan el mismo amor poderoso, nosotros también hemos de cultivar el mismo amor profundo entre nosotros, a través del poder del Espíritu.
Señor, ruego que el cuerpo de Cristo se una como uno solo y abunde cada vez más en amor a través de la unidad del espíritu, sin poner en peligro la verdad, sino manifestando una preocupación genuina por el otro. Ruego que, a nivel individual y colectivo, podamos vivir de manera piadosa en Jesucristo y busquemos alentarnos y edificarnos el uno al otro, para así tener la misma mentalidad y tener el mismo amor piadoso el uno por el otro.
Ruego que nos unamos en espíritu y en propósito, y que no hagamos nada por egoísmo o vanidad, sino actuemos con humildad y pongamos las necesidades de los demás por encima de las nuestras. Ruego en nombre de Jesús, Que murió por todos nosotros.
Amén.
Padre celestial, me he enamorado y desenamorado de muchas personas, pero en el fondo de mi corazón sé que nos has creado para amar y para ser amados a través de un amor profundo y duradero que refleje el profundo amor que tiene Cristo por la Iglesia. Padre, a través del Señor Jesucristo nos has demostrado el inmenso y profundo amor que deseas en cada uno de Tus hijos, un amor que fluya desde Ti hacia nosotros y que debe fluir desde nosotros hacia los demás.
Haz brotar en mí el profundo amor con el que Cristo amó. Y Señor, ruego que me permitas compartir aquel amor con un alma gemela verdadera y duradera. Padre, me he enamorado y desenamorado antes, pero ruego poder desarrollar un nuevo y extraordinario amor profundo que solo provenga a través de Ti, para que así en su debido tiempo traigas a mi vida a aquel espíritu afín y alma gemela, cuyo amor por mí solo lo supere su amor por Ti. Ruego en nombre de Jesucristo, Que me amó y dio la vida por mí.
Amén.
Oh Dios, Te doy gracias por el Salmo del Pastor; lo leeré a menudo y sacaré provecho de sus perspectivas de la vida y del vivir.
Te doy gracias, pues ahora comprendo con mayor profundidad Tu Presencia permanente y Tu maravilloso amor.
Ayúdame a amar como debo hacerlo y a ser lo que debo ser, en lugar de simplemente decirme a mí mismo: "Esto es lo que debo hacer". Ayúdame a hacerlo.
Ruego en nombre de Cristo,
Amén.
Padre celestial, solo debemos fijarnos en la iglesia de Éfeso para ver la facilidad con la que los cristianos, a nivel individual y colectivo, hemos dejado nuestro primer amor y hemos permitido que el amor que teníamos por Ti y por los demás se agote y se enfríe. Padre, perdónanos por permitir que pasara esto en todo el Cuerpo de Cristo, que a menudo se ha convertido en un lugar que critica a nuestros hermanos o que difama a los demás que no piensan igual que nosotros.
Vuelve a darnos vida, Señor, y que el amor que impregnaba a la Iglesia temprana, donde descubrimos que los cristianos amaban en pensamiento, palabra y acción, comience a propagarse una vez más por todo el Cuerpo de los verdaderos creyentes. Déjanos volver a un tiempo donde el amor dentro de la Iglesia de Dios comience a resplandecer mientras nos convertimos en sal y luz para un mundo necesitado.
Perdónanos, Padre, porque nuestro amor por Ti y por el Señor Jesús se ha debilitado. Vuelve a encender el fuego del amor que hoy se propague por la Iglesia, para que tengamos unidad en la esencia de nuestra fe, manifestemos libertad en lo superfluo, y demostremos verdadero amor piadoso en todos los ámbitos de nuestra vida cristiana. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Padre celestial, gracias por Tu profundo amor hacia mí y por haber enviado a Tu Hijo unigénito, mi Salvador Jesucristo, para que sufriera en la cruz por mí, de manera que mis pecados fueran perdonados y pueda vivir eternamente junto a Ti en el cielo. Señor, sé que no merezco Tu amor; sin embargo, a través de Cristo has derramado amor y gracia incondicionales en mí, por cual Te alabo y Te agradezco.
Sin embargo, Señor, Tú deseas que todos Tus hijos se amen entre sí tal como Cristo nos amó, pero mi amor es pobre y débil y se aleja mucho de todo lo que deseas de mí. Ruego que me llenes del amor de Cristo para así amar a los demás tal como Cristo me amó, de manera que Tu amor penetre mi alma y me uses para transmitir el amor de Cristo a aquellos con los que tenga contacto.
Ayúdame a demostrar Tu amor, no solo a mis seres queridos, sino también a aquellos que me generen dolor, enfado, desilusión o pérdida. Que el amor de Jesús se manifieste en mí y que se distribuya, por la gracia y mediante la fe, entre todos aquellos con los que tenga contacto. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Oh Señor, cuando dijiste a tus discípulos: "Uno de ustedes me traicionará", cada uno de ellos se preguntó: "Señor, ¿seré yo?". Oh Dios, ruego que mi amor sea tan fuerte que nunca pueda traicionarte.
Amén.
Padre celestial, Te doy gracias por mi familia y Te bendigo por haberme dado este hogar. Gracias por los padres que me diste y por los amigos y la familia que has puesto en mi vida. Ayúdanos a acercarnos aun más el uno al otro a través del vínculo del amor y de la comunión, y conviértete cada día más en el foco central de nuestro hogar, de nuestros corazones y de nuestra familia. Y ruego que la influencia de Tu amor y gracia en nuestras vidas llegue a todos aquellos con los que tengamos contacto.
Que nuestros corazones se unan en amor por Ti y que haya armonía cristiana entre nosotros. Ayúdanos a desarrollar cada vez más una perspectiva bíblica en nuestro hogar, para así servir y ser servidos, amar y ser amados, con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, el invitado invisible de cada comida y la visita silenciosa de cada conversación.
Ayúdanos a ser reales en nuestras conversaciones y honestos en nuestras esperanzas y miedos, y ayúdanos a escuchar al otro con auténtico interés y motivación. Haz brotar en nosotros la misma mente del Señor Jesús, y enséñanos a vivir en armonía piadosa entre nosotros, sin ser egoístas ni arrogantes, sino bondadosos y corteses, poniendo las necesidades de los demás por encima de las nuestras y, Señor, bienvenido sea Jesús en nuestro hogar cada momento del día. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.