Padre celestial, Te doy gracias por mi familia y Te bendigo por haberme dado este hogar. Gracias por los padres que me diste y por los amigos y la familia que has puesto en mi vida. Ayúdanos a acercarnos aun más el uno al otro a través del vínculo del amor y de la comunión, y conviértete cada día más en el foco central de nuestro hogar, de nuestros corazones y de nuestra familia. Y ruego que la influencia de Tu amor y gracia en nuestras vidas llegue a todos aquellos con los que tengamos contacto.
Que nuestros corazones se unan en amor por Ti y que haya armonía cristiana entre nosotros. Ayúdanos a desarrollar cada vez más una perspectiva bíblica en nuestro hogar, para así servir y ser servidos, amar y ser amados, con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de nuestra fe, el invitado invisible de cada comida y la visita silenciosa de cada conversación.
Ayúdanos a ser reales en nuestras conversaciones y honestos en nuestras esperanzas y miedos, y ayúdanos a escuchar al otro con auténtico interés y motivación. Haz brotar en nosotros la misma mente del Señor Jesús, y enséñanos a vivir en armonía piadosa entre nosotros, sin ser egoístas ni arrogantes, sino bondadosos y corteses, poniendo las necesidades de los demás por encima de las nuestras y, Señor, bienvenido sea Jesús en nuestro hogar cada momento del día. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.