Padre que estás en los cielos, Te alabo y Te agradezco porque, conforme a Tu gran propósito y Tu poder divino, nos has concedido todo lo que necesitamos para practicar la devoción y la justicia. Sigue multiplicando tu gracia y paz en todos Tus hijos, y hazme aplicar siempre de manera fiel la verdad de Tu palabra en todo lo que digo o hago.
Ruego que consumas mi corazón y mi alma, y ruego poder estudiar con diligencia las Sagradas Escrituras, para así aplicar su verdad en cada ámbito de mi vida.
Ruego que no solo mis palabras y acciones Te complazcan, sino también que los pensamientos de mi corazón y las motivaciones tras mis pensamientos se filtren a través de la Palabra de Dios y día a día sean puestos a prueba por el Espíritu Santo que habita en mí. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.