Padre amado, gracias por el júbilo y la paz que reinan en nuestros corazones mientras descansamos y permanecemos en el Señor Jesucristo. Hazme día a día permanecer en Tu amor, para que así mi vida se llene de Tu alegría, pues solo Tú puedes llenarme de esta, por lo cual Te alabo y Te agradezco.
Déjame también permanecer en Tu Palabra, pues conocer Tu Palabra es conocerte a Ti. Tu Palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi senda, y Tu Palabra también es el júbilo y el regocijo de mi ser interior.
Déjame también permanecer en la verdad de Quién Eres; el Dios del universo Que se preocupó tanto de mí que envió a Su Hijo para que muriera de manera que yo pudiera ser perdonado. Padre amado, no hay palabras que puedan expresar el júbilo de conocerte y permanecer en Ti, pues eres mi vida y mi luz, y eres el gozo de Mi salvación. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, cuánto Te bendigo y Te agradezco por la buena noticia que todo el pueblo recibió hace tantos años atrás a través de aquel ejército celestial y que fue motivo de gran alegría. Gracias por Jesús y por la alegría y la paz que inundan los corazones de todos los que han creído en Él, la roca de su Salvación.
La eternidad es demasiado corta para alabar y magnificar Tu glorioso nombre por toda Tu bondad y amor hacia mí, así como hacia todos aquellos sobre los cuales es invocado Tu nombre, pues Tú nos puedes llenar de alegría.
Ayúdame a compartir esta alegría de conocer a Jesús con todos los que pongas en mi senda, y ruego que en todo el mundo muchos pecadores sean salvados por la gracia y mediante la fe en la sangre que derramó Jesucristo, de manera que también puedan experimentar la alegría que está a libre disposición de todos los que creen en el evangelio de la gracia. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre amado, Te damos gracias por este tiempo juntos. Rogamos que Tu júbilo y paz se posen sobre nosotros, y que rebosemos de Tu Espíritu Santo durante este tiempo juntos.
Gracias porque cuando nos congregamos pocos o muchos para glorificarte, estás en medio de nosotros, y rogamos que nuestro tiempo juntos sea productivo para Ti y Te honre.
Intensifica nuestro amor el uno por el otro y por Ti. Infunde en nuestros corazones la esperanza de nuestra salvación, y rodéanos con Tu amor y júbilo. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, nos regocijamos en Tu inmensa sabiduría y fortaleza, y Te damos gracias porque eres nuestra ayuda segura en los momentos de angustia. Rogamos que mientras nos sacas de este lugar, podamos esperar con alegría lo que vas a realizar en cada una de nuestras vidas, y rogamos poder mantenernos cerca el uno del otro en los años por venir.
Que el Señor nos bendiga y nos cuide mientras nos acercamos a Jesús. Rogamos que Él llene nuestros corazones de amor y júbilo y nos mantenga regocijándonos en el Señor y en la fuerza de Su poder, para que así nuestro ser interior sea fortalecido y estemos preparados para servirte. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor y Padre Celestial, gracias por el júbilo y la paz que tengo al confiar en Ti. En este momento, oro por mis hermanos y hermanas en Cristo que atraviesan momentos difíciles o que se sienten solos o desanimados.
Padre, ruego que Tu amor llene sus corazones, Tu paz inunde su ser interno, y que rebosen de Tu júbilo y esperanza en creer, a través del poder del Espíritu, y para Tu gloria y alabanza.
Ayúdales a depender de Ti de manera más profunda y a alcanzar una comunión más íntima con el Padre. Ruego que Tu paz, que sobrepasa todo entendimiento, cuide sus corazones y que hallen su alegría en Ti, sabiendo que el júbilo del Señor es nuestra fortaleza. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Padre Celestial, sé que en Ti hay júbilo infinito y esperanza eterna, y en Ti tengo todo lo que necesito; sin embargo, Señor, siento un vacío de júbilo. Señor, siento que me encuentro muy lejos de Ti y no sé qué hacer para resolverlo.
Señor, he venido a Ti en mi quebrantamiento y confusión a pedirte que me llenes de Ti, pues eres mi Dios y confío en que el Señor Jesús murió para pagar el precio de mis pecados. No merezco Tu amor ni perdón, pero Te doy gracias por Tu don de la Salvación mediante la gracia, pues sin Ti me pierdo.
Señor, sé que Tu Palabra dice que nada me puede separar de Tu amor, incluso si no siento alegría en mi interior; sin embargo, Señor, si hay algo en mi vida que deba cambiarse o que Te deshonre, ruego que me lo muestres y me devuelvas el júbilo de ser Tu hijo.
Ruego que me llenes del júbilo de la salvación. Derrama en mi corazón el júbilo del Señor. Ruego que me lleves en Tus brazos amorosos y me soples Tu Espíritu de júbilo, para que así pueda comenzar a regocijarme en Ti una vez más. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, en un mundo con tantas dificultades y peligros, Señor, es muy fácil permitir que a mi corazón lo agobien las presiones y lo abrumen los problemas; sin embargo, has prometido que el júbilo del Señor es nuestra fortaleza, y Te doy gracias porque Tu fortaleza se perfecciona en mi debilidad.
Ruego poder mantener los ojos puestos firmemente en el Señor Jesús y vivir en absoluta dependencia de Él, pues sé que Él ha vencido al mundo y ha prometido dar Su júbilo y paz a nuestros corazones.
Gracias por Tu amor permanente. Ruego poder aprender a habitar por completo en Ti y Tú en mí, para que así Tu júbilo esté en mí. En nombre de Jesús,
Amén.
Gracias, Señor, por la alegría de tener compañía y porque has puesto amigos queridos y compañeros cristianos en cada una de nuestras vidas. Qué alegría es conocer y unirse con nuestros hermanos y hermanas en Cristo.
Sin embargo, Te doy gracias, Señor, porque en Jesús tenemos un amigo maravillosamente fiel, que es nuestra compañía incondicional, y Que ha prometido jamás abandonarnos ni desampararnos. Gracias porque Él nos acompaña en cada estación de la vida y jamás nos fallará, incluso si somos olvidadizos o necios. Gracias por el consuelo diario y la hermosa compañía de Aquel Que jamás nos desilusionará.
Gracias porque en Cristo hemos recibido una vida nueva y porque en Él nos hemos convertido en una nueva creación. Qué gran amigo tenemos en Jesús, y qué alegria es saber que nos acompañará durante toda nuestra vida terrenal. Alabado sea Su nombre.
Amén.
Señor, mientras entramos en la temporada navideña, quisiéramos tomarnos un minuto para darte gracias por haber enviado a Tu Hijo para que naciera como bebé y se convirtiera en nuestro Salvador, de manera que pudiera llevar paz a los corazones de los que creen y alegría a aquellos que en Él hallan su esperanza.
Señor, sabemos que solo en Él se halla la paz verdadera y la alegría permanente, y mientras cantamos los villancicos y coros navideños en esta temporada navideña, rogamos que el júbilo verdadero llegue al mundo y que muchos hallen la paz. En nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor, a medida que la situación mundial pareciera empeorar día a día, me aferro a Ti más que nunca y Te doy gracias porque tienes el control de mi vida, y porque nada me puede separar del amor de Dios a través de Jesucristo mi Señor.
Padre, inunda mi corazón con Tu paz perfecta que sobrepasa todo entendimiento y sumérgeme en Tu júbilo, pues sé que el júbilo del Señor es mi fortaleza para el día de hoy y mi gran esperanza para el día de mañana, ya que sé que cuando soy débil, entonces soy fuerte en el Señor y en el poder de Su fuerza.
Sin embargo, Señor, no solo pido esto por mí mismo, sino que por todos mis seres queridos y por todos mis hermanos y hermanas en Cristo, muchos de los cuales enfrentan diversas dificultades y peligros cada vez mayores en estos tiempos cada vez más problemáticos.
Gracias, pues al ser Tus hijos podemos aferrarnos a Tus promesas fieles, las cuales se renuevan cada mañana. Gracias por la alegría de permanecer en Cristo. Gracias porque el júbilo del Señor es nuestra fortaleza. En nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor, gracias por mi trabajo y por mis colegas, y gracias porque puedo atender mis necesidades y las de mi familia.
Señor, quiero realizar mi trabajo cada día para honrarte; por lo tanto, no solo pido que me sigas brindando la fortaleza, la sabiduría y la gracia que necesito para cumplir todas mis tareas y deberes cotidianos, sino para cumplir mis responsabilidades con paz en mi interior y una actitud alegre, de manera de alabarte y glorificarte.
Gracias porque el júbilo del Señor es mi fortaleza, y ruego que mis colegas y todos aquellos con los que tenga contacto puedan ver cómo el amor de Jesús fluye a través de mí y deseen tener la alegría de reconocerlo como su Salvador, para que así también alcancen la fe salvadora en Él. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor, cuán agradecidos estamos por todas las alegrías de la vida que con Tu gracia nos has concedido de manera tan abundante. Gracias por las cosas sencillas de la vida y aquellas que a menudo no valoramos, las flores y la comida, las montañas y los ríos, nuestros sentidos y todas las alegrías que sentimos al poder ver, escuchar, oler, saborear y tocar.
Gracias por la alegría de los amigos y la familia, por el sol y la lluvia, las estaciones y todas las fases del clima que traen diversidad, renovación, calidez y sanación. Gracias por la alegría de cantarte alabanzas, y gracias, Padre, por el Señor Jesús, Quien me llena de alegría. Rogamos en Su nombre,
Amén.
Padre celestial, deseo recibir alegría en mi ser interior, y Tu Palabra nos advierte que nos abstengamos de todo tipo de codicia y avaricia, sabiendo que la vida no depende de la abundancia de nuestros bienes, sino en la profundidad de nuestra relación contigo. Por tanto, ruego no caer en esta actitud tóxica, que a menudo nos puede arrebatar nuestra alegría en el Señor y romper nuestra comunión íntima contigo.
Gracias porque puedes llenarme de alegría, pues solo Tú eres mi esperanza permanente y en Tu diestra se hallan los placeres eternos.
Manten mis ojos puestos en Jesús y lejos de las tentaciones de este mundo, y que Tu júbilo y paz inunden mi ser interno, pues sé que el júbilo del Señor es mi salud y mi fortaleza. En nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor Jesús, hemos de enfrentar muchas cosas tristes y problemáticas en el mundo actual, que a menudo agobian nuestros corazones con dificultades y dudas; sin embargo, ruego que Tu júbilo llene mi corazón y fortalezca mi alma, y que vengan tiempos de risas y alegría que reemplacen aquellos momentos de sufrimiento y dificultad.
Ruego que a través de Cristo pueda vestirme de fortaleza, dignidad, sabiduría y gracia, y poder reír durante las tempestades y no temer al futuro, pues sé que en Tu mano están mis años. Has prometido acercarte a cada uno de nosotros y acompañarnos en cada circunstancia de la vida que se interponga en nuestro camino.
Ruego que Tú júbilo y alegría fluya a través de mí hacia los demás que enfrentan dificultades y problemas similares, y que juntos mantengamos una confianza cada vez más profunda en Ti mientras esperamos Tu pronto regreso para que nos lleves a estar junto a Ti. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor, sé que me llenarás de alegría ante Tu presencia y que estando a Tu lado seré siempre dichoso. Gracias por el júbilo que me das través de la sangre de Jesucristo mi Salvador, y gracias, Padre, por la paz, el amor y la esperanza que recibo de Ti tan generosamente mediante Tu eterno don de gracia para todos los Que confían en Jesús como su Salvador. Cuánto se regocija mi corazón y se alivia mi mente día a día.
Señor, ruego poder beber de Tus manantiales vivos de la salvación día a día, y que mi júbilo rebose en Jesús, tal como has prometido a todos Tus hijos.
Gracias por el júbilo del Señor, que es mi fortaleza y mi soporte. Ayúdame siempre a regocijarme en Tu júbilo y a permanecer en Tu amor, para así llenarme de alegría y que Tu júbilo se acumule en mi corazón y se derrame en los demás, de manera de glorificar Tu nombre.
Amén.
Padre, en un mundo donde hay tantas situaciones difíciles, tiempos problemáticos y corazones heridos, oramos por aquellos que atraviesan momentos de dolor y los encomendamos bajo Tu cuidado. Rogamos que los sostengas con Tu fortaleza suficiente y derrames en sus corazones el júbilo que solo de Ti proviene.
Gracias porque el júbilo del Señor es nuestra fortaleza y porque has prometido que Tu gracia basta para todas las eventualidades. Manten nuestros corazones fijos en Ti e infunde en ellos una actitud alegre para así consolar y animar a los que nos rodean y ser sal y luz para aquellos que enfrentan problemas o dificultades. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, qué alivio es leer sobre los profetas de antaño que, a pesar de las dificultades y los peligros que debieron enfrentar, pudieron regocijarse en el Señor y confiar en Tu fidelidad inquebrantable.
Ruego que, al igual que ellos, también pueda recibir Tu júbilo permanente y descubrir que el júbilo del Señor es mi fortaleza y que la paz que de Ti proviene habita en mí y me permite superar todas las dificultades de la vida, a través del poder de Tu Espíritu Santo.
Por tanto, llena mi corazón de Tu júbilo permanente, para así regocijarme en las circunstancias de la vida, en períodos de abundancia y de escasez, en momentos de dificultad y en momentos de gran suficiencia.
Gracias porque soy Tu hijo y Tú eres mi Padre y el Señor soberano. Que mi corazón se regocije en los buenos y malos momentos, y que Tu júbilo permanente y paz perfecta moren en mi corazón mientras descanso en Tu amor, confianza y bondad inquebrantable. En nombre de Jesús,
Amén.