Oraciones por la purificación

Danos esperanza de recuperación

Padre misericordioso, aunque nos alcance nuestro pecado y nos aquejen nuestras transgresiones, no nos destruyes con tu ira, sino que tu castigo es menor al que merecen nuestras iniquidades. Aunque provoques dolor, tendrás compasión conforme a tus infinitas misericordias, pues tú no afliges ni acongojas a los hijos de los hombres de forma voluntaria. Ten misericordia de la aflicción de tu siervo; oh Señor, no lo regañes con tu ira, ni tampoco lo escarmientes con tu furor. Delante de ti están todos sus deseos, y su suspiro no te es oculto; ten misericordia de él, oh Señor, pues es débil.

Oh Señor, sánalo, pues sus huesos y su alma se estremecen. No recuerdes las iniquidades de su juventud ni sus transgresiones; observa su aflicción y su dolor, y perdona todos sus pecados. Aunque lo rodeen los lazos de la muerte, no obstante sea por tu gloria y por su bien, hazlo recuperarse, y déjalo vivir y alabar tu nombre. Te invocamos en su momento de angustia; libéralo y déjalo glorificarte; sin embargo, enséñale el pecado que te agravia, déjalo buscar y probar sus caminos, confesarse y alejarse de su iniquidad, y deja que saque algo bueno de su aflicción. Deja que este sea el fruto de ello, para así purificar y quitar su pecado, pues si es castigado por el Señor, no será condenado con el mundo.

Mientras tanto, oh Señor, sé su porción, y favorece su alma que te busca y que te espera. Déjalo llevar tu yugo con paciencia y en silencio, déjalo aguardar y esperar con paciencia tu salvación, pues no lo abatirás para siempre; tu ira dura solo un instante, mas tu favor dura toda la vida. El llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el júbilo; y al que amas castigas, y azotas a todo el que recibes por hijo; y si soporta el castigo, lo tratarás como a tu propio hijo.

Si se recupera, déjalo dedicarse por completo a glorificarte, para que así, cuando hayas quitado su cilicio y sufrimiento, y lo hayas rodeado de alegría, pueda pronunciar tu alabanza y agradecerte. Si en él mismo recibe la sentencia de muerte, haz que confíe en ti, tú que resucitas a los muertos, sabiendo que tal como resucitaste al Señor Jesús, también lo resucitarás a través de Jesús. Déjalo hallarse en Cristo, sin tener su propia justicia, sino que la que le pertenece a Dios a través de la fe. Frena al tentador, y libera a tu siervo del temor pecaminoso a la muerte por medio de Cristo, quien, a través de la muerte, destruyó al diablo que ostentaba el poder de la muerte, para que así pueda descubrir que la muerte ha perdido su aguijón y triunfar sobre ella mediante la fe en él, por medio del cual somos más que vencedores. Para que así, por medio de la fe y el amor, su alma ahora ascienda con Cristo, que ascendió hacia su Padre y nuestro Padre, y hacia su Dios y nuestro Dios, y para que así prepare un lugar para nosotros, pues ha prometido, que dondequiera que esté, también estarán allí sus siervos, de manera que puedan contemplar la gloria que le has dado. Magnifícate a ti mismo en su cuerpo, ya sea mediante la vida o la muerte, y llévalo a salvo ante tu gloriosa presencia, donde podrás llenarlo de alegría y de placeres eternos, a través de Jesucristo, nuestra Vida y Justicia.

Amén.

Oración de intercesión por una persona enferma

Oh bendito Señor, Padre de las misericordias y Dios de todo el consuelo, te pedimos que tengas infinita piedad y compasión de este siervo tuyo que está enfermo. Recuerda la intensidad y la fatiga de sus dolores. No quiebres la caña cascada ni apagues la mecha que humea, sino que hazlo escuchar júbilo y alegría, para que se regocijen los huesos que has quebrado.

Libéralo de los lazos y de la tentación de Satanás, de toda impaciencia y aflicción por tu castigo, de toda incredulidad y desconfianza en tus misericordias, del miedo inadecuado a la muerte y de los deseos desmesurados de la vida.

Haz que se arrepienta sinceramente de sus pecados y dale la certeza perfecta de que ha sido perdonado y de que ha obtenido su completa salvación gracias a la propiciación y a la eficaz mediación de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Santifica todas sus aflicciones y, aunque sea doloroso para la carne, que estas comiencen a producir en él una gloria que durará para siempre y que será de mucho más peso que las aflicciones. Prepáralo para todo lo que has preparado para él. Hazlo ver el deseo de su corazón en el bienestar de todo lo que está atado a él por las cuerdas del afecto natural. Y, por último, dale una generosa entrada en tu hogar celestial.

Oh, bendito Jesús, quedamos a merced de tu misericordia; con tu cruz y pasión, con tu preciosa muerte y entierro, con tu gloriosa resurrección y ascenso, y con la venida del Santo Fantasma, libéranos, oh Señor, y escucha nuestra oración.

Amén.

Oración para curarse de una enfermedad

Querido Padre celestial, Te alabo y Te agradezco por Tu amor inquebrantable hacia mí. Incluso cuando estaba perdido en el pecado y no tenía esperanza en el mundo, Tú miraste desde los cielos y me llamaste a ser Tu hijo, a pesar de mi rebeldía e impaciencia.

Señor, Tú sabes que en parte por no cuidarme y en parte por ninguna otra razón, salvo que vivimos en un mundo caído, sufro una enfermedad debilitante. Te pido que tengas misericordia de mí, me vuelvas a levantar y me sanes en cuerpo y en espíritu, tal como lo hiciste una vez.

Gracias porque moriste por mí para pagar el precio de mis pecados, y gracias porque fuiste herido por mis transgresiones y molido por mis iniquidades, y porque gracias a tus heridas fui sanado. Señor, sé que mi cuerpo se deteriorará cada vez más a medida que envejezca; sin embargo, ruego que, con Tu gracia y misericordia, me liberes de la desagradable enfermedad y del dolor que sufro en este momento, y me alivies y me sanes.

Señor, ruego que me liberes de esta enfermedad debilitante que padezco. Sin embargo, también Te agradezco porque Tu gracia basta en todas las cosas, pues en el pasado lo has demostrado una y otra vez. Gracias, pues eres un Dios fiel en todas las cosas, y ruego que mi vida, en la enfermedad y en la salud, sea una vida que Te glorifique.

Ruego que no me dejes quejarme cuando reciba tanta abundancia de Tus misericordias, que se renuevan cada mañana. Sé que mi vida en este lugar no es más que un momento fugaz en la economía de la eternidad, y sé que me has dado vida eterna, por lo cual Te alabo y Te agradezco. En nombre de Jesús,

Amén.

Oración por aquellos que están postrados en cama

Señor, rogamos que tengas gracia y misericordia de aquellos que se encuentran en una situación en la que no pueden levantarse de la cama y desenvolverse de manera normal por cualquier motivo. Padre, rogamos que tengas misericordia de ellos en su enfermedad y Te pedimos que lleguen a conocerte de verdad. Que sepan que los acompañas, los sostienes y los sustentas.

Dales a sus cuidadores la gracia y la paciencia para sobrellevar cualquier situación que enfrenten sin resentimiento ni una actitud descuidada. Y dales a todos aquellos que cuidan a los enfermos y a los ancianos el amor que solo de Ti proviene.

Sustenta a cada uno de ellos en su lecho de enfermo, y si este es Tu propósito para sus vidas, rogamos que puedan volver a levantarse y recuperen su salud y fortaleza. Y si se encuentran en una situación en la que su enfermedad es prolongada o incluso terminal, rogamos que sanes su alma interior y cures el quebrantamiento de sus corazones.

Señor, sabemos que en Ti tenemos vida en gran abundancia; por lo tanto, Te pedimos que si algunos por los que oramos no han aceptado al Señor Jesús como su Salvador, envíes a alguien especial para decirles la verdad; que Jesús murió en la cruz para pagar el precio de sus pecados, de forma que todos los que creen en Su nombre no perezcan, sino tengan vida eterna; y que resucitó al tercer día y venció la muerte y el infierno para siempre, para que vivamos con Él eternamente en cuerpos glorificados y semejantes a Su glorioso cuerpo. Padre, rogamos que tengas gracia y misericordia de todos los que están postrados en cama permanentemente, y acerca a cada uno de ellos a los brazos amorosos del Señor Jesús, en Cuyo nombre oramos,

Amén.

Oración por el júbilo del Señor durante una enfermedad

Querido Señor Jesús, Te agradezco porque eres mi Salvador y porque me has redimido del reino de las tinieblas y me has llevado a Tu glorioso reino de la Luz. Señor, sé que Tu Palabra nos dice que el júbilo del Señor es nuestra fortaleza y que el corazón alegre es una medicina buena y sanadora. Señor, ruego que, con Tu fortaleza, pueda mantener un corazón que rebose de Tu júbilo y que día a día se regocije en el Dios de mi Salvación, pues sé que el espíritu quebrantado consume las fuerzas.

Señor, sé que eres un Dios que hace milagros, y que el mayor milagro de todos los que has hecho en mí es mi gran salvación en Jesucristo, Que murió por mí para que mis pecados pudieran ser perdonados y así tener vida eterna; sin embargo, también Te pido que envíes el poder de Tu fuerza sanadora a mi cuerpo durante la enfermedad que actualmente atravieso.

Padre, Te ruego que toques cada órgano y ligamento de mi cuerpo, cada articulación y célula y me hagas recuperar mi salud y fortaleza por completo, pero también ruego que durante mi enfermedad toques mi corazón y lo llenes de Tu amor, Tu gracia y Tu júbilo, porque sé que puedes llenarme de alegría. Señor, solo Tú puedes inundar de sanación un cuerpo enfermo y solo Tú puedes rebosar de alegría y paz un corazón, por lo que mi alma descansa en Ti, y Te agradezco por la sanación física y espiritual que sé que estás llevando a cabo dentro de mí. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por el toque sanador de Dios en nuestras vidas

Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de Sus bondadosos beneficios, pues Él es el médico divino y puede tocar cada parte de nuestras vidas con Su amor redentor. Señor, vivimos en un mundo caído, y cada uno de nosotros necesita de muchas formas Tu toque sanador en nuestras vidas, pues no estamos libres de los estragos del pecado y no somos inmunes a la enfermedad y al sufrimiento; por lo tanto, hoy he venido a Ti a rogar que Tu toque sanador se pose sobre cada ámbito de nuestras vidas.

Señor, sé que la enfermedad, el sufrimiento, el dolor y la muerte son una realidad en la vida, pues en este mundo tendremos tribulaciones; sin embargo, una vida que se entrega a Ti es capaz de darte gracias en todo, sabiendo que Tú eres capaz y estás dispuesto a acompañarnos y a sostenernos en cada ámbito de la vida, porque Tu gracia basta en cualquier situación.

Señor, creo que esto es cierto, pues Tu Palabra es fiel y verdadera. También creo que eres capaz de sanar todo tipo de enfermedades y dolencias; por lo tanto, ruego que Tu toque sanador se pose sobre cada ámbito de mi vida, así como en la vida de todos mis seres queridos, en cuerpo, en alma y en espíritu. Pero Señor, también sé que a menudo permites de una forma maravillosa que la enfermedad y el sufrimiento nos acerquen aun más a Ti.

Señor, Te doy mi vida y Te entrego todo, pues deseo la sanación total y completa, la clase de sanación que Te glorifica. Gracias porque soy Tu hijo y Tú eres el grandioso y poderoso médico. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de Sus bondadosos beneficios, pues Él perdona todas mis iniquidades, sana todas mis enfermedades, ha redimido mi vida del abismo, y me ha coronado con benevolencia y bondad. Gracias, Padre, en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por la enfermedad inesperada de un creyente negligente

Querido Señor, es a Ti a quien siempre acudo cuando las cosas se ponen difíciles o cuando se presenta una enfermedad inesperada. Perdóname por todas las veces que Te he ignorado o que he intentado hacer las cosas con mi propia fortaleza, pues sé que solo el Señor puede darme fortaleza y ayudarme, y Te pido perdón por la actitud descuidada que he manifestado hacia Ti en el pasado.

Gracias, pues siempre eres fiel, incluso cuando Te soy infiel; por lo tanto, he venido a Ti a presentarte esta enfermedad inesperada, y Señor, Te pido que me toques y me sanes. Ruego que me devuelvas la salud y me quites esta enfermedad inesperada. Señor, no me siento bien y realmente no sé qué hacer; por lo tanto, Te pido que me ayudes y me des fortaleza y, Señor, ruego que me brindes una pronta recuperación.

Ruego que me devuelvas la salud, y que esta toma de conciencia de mi negligencia sea un catalizador para volver a enfocar los ojos de mi corazón, las acciones de mi vida y las motivaciones de mi mente en Jesús, el autor y consumador de mi fe. Que esta enfermedad inesperada me lleve de vuelta a la cruz, para así poder recuperar como corresponde mi comunión con el Padre. No Te he amado como como corresponde, Señor, y he estado viviendo de una manera bastante egoísta; sin embargo, Te pido que tengas misericordia de mí y que a través de esto me recuerdes que, a partir de hoy, debo mantener los ojos puestos en Jesús y no intentar vivir mi vida sin depender de Ti. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por los enfermos

Padre Celestial, oro por los enfermos. Visítalos, Señor, y sánalos con tus misericordia y con tu compasión. Quita toda enfermedad y dolencia de ellos y de todos nosotros. Levántate y consuela a aquellos que han estado enfermos durante mucho tiempo. Libera a aquellos que padecen de espíritus inmundos, aquellos que han sido encarcelados, exiliados, recluidos o que han sido víctimas de la amarga esclavitud, oh Señor, libéralos a todos y ten misericordia de ellos.

Pues tú eres quien libera a los que están atados y quien levanta a los que están abatidos; eres la esperanza de los desesperanzados, la ayuda de los desamparados, el consuelo de los débiles, el puerto de los azotados por la tempestad.

Ten piedad de cada alma afligida y oprimida, y alíviala, ayúdala y dale descanso. Y también cuídanos a nosotros, oh Señor, sana las enfermedades de nuestras almas, cura las enfermedades de nuestros cuerpos, oh, médico de nuestras almas y de nuestros cuerpos. Obispo de toda la carne, sánanos, oh Señor.

Amén.

Oración por un amigo enfermo

Oh Dios, un querido amigo mío está muy enfermo, y me siento muy desamparado. Padre, somos una creación admirable, pues Tú formaste a cada uno de nosotros en el vientre de nuestra madre y construiste nuestros cuerpos, y Tú sabes dónde radica este problema en particular.

Padre, sé que no hay nada en el cuerpo de mi amigo que Tú no conozcas, y también sé que no hay nada que no puedas sanar; por lo tanto, Te encomiendo a este ser querido, pues Tú conoces el origen del dolor, y Tu toque sanador conserva su poder ancestral. Ruego que sanes a este hijo Tuyo y lo hagas recuperar su salud y fortaleza por completo, y entonces Te alabaremos y glorificaremos.

Te pido que me des palabras de consuelo y ánimo para aconsejarlo en los días difíciles por venir. También Te pido que atiendas todas sus necesidades, conforme a Tu benevolencia. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.