Oh Dios, mi adicción a las apuestas está destruyendo mi vida, y estoy tan atrapado que sé que no puedo detenerme por mí mismo. Señor, Tú sabes cuánto ha afectado a mi hogar, mi familia, mis finanzas y mis amigos. He perdido todo y a todos mis seres queridos, y ya no doy más. Señor, Te pido que me ayudes a eliminar este mal hábito destructivo y me liberes de sus cadenas de esclavitud. Ayúdame, Dios. No puedo hacer nada por mí mismo. Soy impotente de ayudarme a mí mismo. Solo Tú puedes ayudarme, Señor, y en Ti confío. Ruego que perdones mi comportamiento. Me doy cuenta de que he convertido las apuestas en el dios de mi vida y no a Ti. Perdóname, Señor.
Señor, confío en Ti y sé que todos mis pecados fueron perdonados en la cruz, pero también sé que durante mucho tiempo he abandonado mi comunión contigo. Me he comportado de formas que no debería haberlo hecho. He hecho cosas que han entristecido y agraviado a Tu Espíritu Santo. Sé que Te he disgustado e indignado de muchas formas. Señor, reconozco mis pecados y me doy cuenta de que he pecado en contra de Ti. He venido a ti en humilde penitencia y ruego que me ayudes a liberarme de las ataduras de las apuestas que me han atrapado y no me dejan salir.
Señor, quiero liberarme de mi adicción a las apuestas y dar un vuelco a mi vida con Cristo en el centro. Sé que es mi responsabilidad no acercarme a los casinos y negarme a participar en cualquier forma de apuesta; no obstante, Señor, ruego que me des Tu fortaleza y me ayudes a mantenerme firme y seguro en mi determinación día a día y minuto a minuto.
Gracias, pues has prometido que Tu gracia basta, sin importar las dificultades que enfrentemos, y Padre, confío en que me envuelves con Tus brazos eternos para sostenerme y sanarme. Gracias en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Dios Padre, he pecado y me he obsesionado con las apuestas al punto que se han convertido en una compulsión terrible en mi vida, por lo cual mi espíritu está profundamente avergonzado y acongojado.
Señor, sé que no hay nada que me recomiende a Ti, salvo si me acerco en nombre de Jesús, y ruego en Su nombre poder lavarme de este pecado y quedar blanco como la nieve. Señor, sé que no puedo hacer esto por mí mismo, sino que solamente con Su fortaleza, solamente con el poder de Su Espíritu Santo.
Señor, creo que Jesús murió por mis pecados y resucitó para que el poder del pecado pudiera ser derribado en mi vida. Confieso que he huido lejos de Ti, pero también sé que eres un Dios compasivo, misericordioso, paciente y bondadoso, y sé que este estilo de vida que me ha atrapado no es Tu voluntad para mi vida. Señor, ayúdame a liberarme. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Padre Celestial, nos lamentamos por aquellos que han quedado atrapados en el terrible hábito de las apuestas y que han permitido que este se convierta en un ídolo tan dañino en sus vidas.
Oramos por aquellos que sabemos que han caído en esta destructiva forma de vivir, y rogamos que Te reúnas con cada uno de ellos en su momento de necesidad, de manera que hallen la fortaleza para alejarse de esta vida nefasta.
Rogamos que tengas piedad de aquellos que son prisioneros de este hábito compulsivo, y rogamos que puedan romper las cadenas que los mantienen atados a esta práctica destructiva y, con Tu gracia y misericordia, puedan liberarse de sus garras.
Rogamos que el Mismísimo Jesús aliente a cada uno de ellos a través de la vida y el testimonio de amigos y familiares que Te conozcan, y rogamos que, con Tu gracia, cada uno de ellos alcance una fe salvadora en Jesús, pues solo en Él el poder del pecado y del mal puede ser derrotado. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Señor Dios, me arrepiento de mis pecados y de esta ludopatía perversa que se ha vuelto tan agresiva en mi vida, y me arrodillo con humildad para rogar por Tu gracia y perdón, y para que me ayudes a liberarme de esta adicción de una vez por todas.
He desperdiciado una gran parte de mi vida y he despilfarrado mucho dinero, y solo puedo arrepentirme de todos estos años perdidos. Sin embargo, he venido arrepentido de mis pecados necios a rogarte que me perdones y que, con Tu inmensa gracia y misericordia, me ayudes a liberarme de este hábito perverso que lo único que ha hecho ha sido destruir mi vida y mis relaciones con mis amigos y mis familiares.
Señor, Tú conoces las deudas en que he incurrido debido a esta compulsión perversa, y sé que solo yo soy responsable de lo que ha ocurrido en mi vida; sin embargo, Te pido que me ayudes a liberarme de las apuestas para así retomar el control de mi vida y vivir con mis propios medios. Ayúdame, Señor. Ruego que me ayudes a dejar atrás esta vida y vivir la vida que sé que quieres para mí.
Hace algún tiempo confié en Ti como mi Salvador y he huido lejos de Ti; sin embargo, creo que Tu misericordia es inmensa y que Tu benevolencia hacia Tus hijos descarriados no cambia, por lo que ruego que me ayudes. En nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor, he traído ante Ti a aquellos que son adictos a las apuestas. Ruego que, con Tu gracia, les ayudes a eliminar este hábito destructivo y a reconstruir sus vidas contigo en el centro. Señor, sé que las apuestas son una adicción espantosa que arruina las amistades y las familias y que destruye las vidas y daña las relaciones.
Padre, Te pido que, con Tu gracia, tengas piedad de aquellos que están atrapados en el hábito de las apuestas y los hagas alcanzar una fe salvadora en el Señor Jesús, para que sus vidas puedan reconstruirse y renovarse en Él.
Todas las formas de adicción provienen del malvado cuyo propósito es matar y destruir, y claramente el enemigo usa las apuestas para intentar destruir vidas. Sin embargo, ruego que, con Tu gracia, tomes cada vida que se haya dañado y destruido a causa de las apuestas y Te acerques a cada una de las víctimas y las hagas establecer una relación verdadera y salvadora con el Señor Jesucristo.
Amante Señor, acompaña a todos los que hoy son adictos y rescátalos pronto de las perversidades de las apuestas. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor, estoy en una pésima situación, y al parecer no me puedo liberar de mi ludopatía. Me causa mucha angustia y muchísimos problemas y presiones en casa.
Al principio me ayudaba a llenar el vacío de mi vida, pero se ha apoderado de mí y sé que no hay forma de detenerme sin Tu ayuda. Señor, ayúdame a liberarme de esta ludopatía compulsiva.
Ruego que me perdones por haber permitido que se apoderara de mí y por el dolor y el sufrimiento que ha causado a los demás, sobre todo a quienes más amo. Te doy gracias por las personas que has puesto en mi senda para apoyarme y alentarme durante este difícil momento, y ruego que, con Tu fortaleza, me ayudes a dejar atrás este estilo de vida.
Señor, sé que Jesús murió para pagar el precio de mis pecados y también sé que solo en Él puedo liberarme por completo; por lo tanto, ruego en nombre de Jesús que me des la gracia suficiente para dejar por completo esta ludopatía, y entonces Te alabaré y glorificaré. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Señor Jesús, oro por mi amigo que se ha metido en graves problemas por sus apuestas y porque al parecer no puede liberarse de la atadura que tienen sobre él.
Señor, con Tu misericordia, ruego que convenzas a mi querido amigo de la influencia perversa que esta ludopatía tiene en su vida y en la de aquellos que lo rodean, y ruego que, con Tu gracia, lo hagas darse cuenta de que es un pecado, y que debe liberarse de este hábito compulsivo.
Ayúdame a ser un amigo que lo apoye y dame la sabiduría para saber qué decir y qué hacer para ayudarle a liberarse de esta ludopatía destructiva.
Señor, sé que solo Jesús puede liberarnos de la esclavitud del pecado, y ruego que lo convenzas por completo de que necesita arrepentirse y volverse a Cristo. Ruego en Su nombre,
Amén.
Padre celestial, mi espíritu está acongojado, y he venido a Ti con gran pesar en el corazón, pues sé que mi esposo se ha vuelto adicto a las apuestas.
Al principio era bastante inofensivo, pero se ha convertido en una ludopatía cruel y terrible, y ruego que, con Tu gracia, convenzas a su corazón de esta compulsión nefasta y le ayudes a liberarse de su ludopatía de una vez por todas.
Padre, pareciera que no está consciente de todo el daño que me hace a mí y a la familia, y ruego que me brindes Tu gracia y fortaleza suficiente para sobrellevarlo cada día y mantener un grado de cordura en nuestro hogar.
Señor, ruego que, sin importar lo que haga falta, captes su atención y lo hagas darse cuenta de la destrucción que ha causado su ludopatía en él mismo y en su familia. Ruego que lo hagas arrepentirse profundamente ante Tu trono de gracia. Señor, convéncelo de que necesita a Jesús y hazlo darse cuenta de que debe liberarse de esta ludopatía compulsiva.
Señor, ruego que perdones las cosas malas que mi esposo me ha hecho a mí y a la familia, y que nos protejas de sus arrebatos de ira. Hazlo arrepentirse profundamente, para que así podamos vivir nuestra vida matrimonial conforme a Tu voluntad. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Dios, he hecho muchas cosas terribles en mi vida, y ahora estoy atrapado en las apuestas y he desperdiciado mi vida, mis amigos, mi familia, mi dinero y también mi dignidad. ¿Cómo podrías perdonarme algún día, Dios? La gente me dice que no merezco Tu perdón, Dios. ¿Es verdad?
Leí en la Biblia que Dios amaba tanto al mundo que envió a Su Hijo unigénito para que muriera en la cruz y así quitara mis pecados, cada uno de ellos, y que me dejaría blanco como la nieve. Aunque mis pecados fueran como la grana y mi corazón fuera negro como el carbón, Él prometió perdonar los pecados de todos los que tan solo crean que Jesucristo es el Hijo de Dios, Quien murió en la cruz para recibir el castigo por mis pecados. Si lo creen, Dios los salvará, los convertirá en Sus hijos y les dará vida eterna. ¿Es verdad, Dios? ¿O es una trampa? Señor, quiero creerlo. Señor, lo creo.
Oh Dios, he hecho muchas cosas terribles en mi vida, pero confío en lo que has dicho. Yo sí creo que Jesús murió para recibir el castigo por mis pecados y que al creer en Él todos mis pecados serán lavados de inmediato. Señor, sé que los pecados tienen consecuencias, y sé que les he hecho daño a muchas personas y que he hecho muchas cosas malas; sin embargo, Señor, ayúdame a reconstruir aquellas relaciones y a derribar el poder del pecado en mi vida.
Gracias, Dios, por preocuparte de un desdichado como yo. Gracias, pues enviaste a Tu Hijo para que muriera en la cruz y así recibiera el castigo por mis pecados, de manera que al creer en Él pueda convertirme en una persona nueva y recibir vida eterna. Gracias, Dios.
Amén.