Querido Señor Jesús, pongo ante Ti mi corazón herido y, en particular, mi necesidad de atender y mantener a mis hijos. Señor, puesto que la economía pareciera debilitarse cada vez más y son tantas las personas que se encuentran en graves dificultades financieras, Te pido que, con Tu gracia, tengas piedad de mí y de mis hijos y que atiendas todas nuestras necesidades.
Pienso en la viuda, cuya olla de comida nunca se acabó, y en la pequeña vasija de aceite que no se agotó, y sé que eres un Dios Que atiende de muchas maneras distintas a cada uno de Sus hijos.
Ruego que, sin importar la forma que elijas, atiendas mis necesidades cotidianas y las de mis hijos. Señor, sé que has dicho que antes de que clamemos, nos responderás, y ya conoces mi necesidad del día de hoy; por lo tanto, confío en que hoy atenderás nuestras necesidades. Y aunque no me des un pequeño jarro de aceite que nunca se seque, ruego que hoy atiendas todas nuestras necesidades. Gracias por haber escuchado mi plegaria. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.