Querido Señor Jesús, gracias porque eres el Príncipe de la Paz. Gracias porque no solo sosegaste las violentas tempestades del mar hace dos mil años, sino porque todavía eres capaz de sosegar las tensiones y angustias que hay dentro de mi corazón, y Te alabo y Te agradezco porque has hecho Tu morada en mi vida, a través de la persona del Espíritu Santo.
Gracias porque mi vida ha sido intercambiada por la Tuya, y porque mi injusticia pecaminosa ha sido reemplazada por Tu justicia perfecta. Gracias porque no solamente recibo paz para con Dios a través del perdón de mis pecados mediante la sangre de Jesucristo, sino porque tengo Tu promesa de que le brindarás una paz permanente a mi corazón cuando mi pensamiento en Ti persevere.
Ruego que no dejes que me abrumen los estragos del mundo y las violentas tempestades de la vida, y ayúdame siempre a permanecer en Tu amor y a depositar en Ti todos mis problemas y preocupaciones.
Gracias porque has vencido al mundo y porque puedo descansar a salvo en Ti, pues sé que no he recibido el espíritu del temor, sino el del poder, del amor y de la templanza. Glorificado sea Tu nombre en mi vida. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Señor, ayúdame a conocer realmente Tu amor por mí, para que así desaparezca todo mi temor. Gracias por Tu paz, que sobrepasa todo entendimiento.
Amén
Padre, estoy agradecido de que siempres obras con gracia y justicia. Tu constancia genera una gran paz en mi interior. Gracias, pues eres el mismo ayer, hoy y por siempre.
Amén.
Oh Dios, hoy comienzo un experimento para buscar la paz. Es tanto lo que dices sobre la paz en la Biblia, que sé que tu voluntad es que todos los hombres estén en paz.
Al conocer tu voluntad, oh Dios, siento ganas de superar toda oposición, para que tu voluntad se cumpla en mí.
Ruego que me ayudes a dejar de justificar mis actitudes y acciones. Solo yo soy responsable de lo que haga hoy.
Ayúdame a olvidar los errores del ayer mientras vivo a plenitud el hoy, de manera de glorificarte. Ayúdame a no sentir ansiedad por el mañana, sino que a tener la certeza de que, si hoy vivo conforme a la voluntad de Dios, mañana será incluso mejor que hoy.
Ahora me encomiendo a Ti, Señor, y Te confío mis necesidades del día de hoy. En nombre de Jesús,
Amén.
Gracias por Tu paz tranquilizadora, Señor, en medio de mares tan agitados. Ruego que hoy vayas delante de mí.
Amén.
Querido Dios, están pasando tantas cosas en mi vida, que no sé qué camino tomar. He venido a Ti, con el espíritu abatido, a pedirte que sosiegues mi turbación interna. He intentado resolver las cosas a mi manera, pero todo es en vano; por lo tanto, en mi pobreza, he venido a someterme a Ti, Señor, y a rogarte que me concedas tranquilidad y sosiegues mi alma.
Ruego que me brindes Tu paz y Tu fortaleza. Sé que sin Ti nada puedo hacer, pero también sé que Tu paz se derrama en los corazones de aquellos que confían en Ti con todo el corazón. Señor, confío en Ti y pongo mi vida y mi futuro en Tus manos,
Amén.
Padre, me has llamado a guardar silencio ante Ti, descansar en Tu amor y cargar con paciencia la cruz que tengo por delante, pues sé que no solo me acompañas en cada momento del día, sino que habitas en lo profundo de mi corazón.
Ayúdame a depender de Ti en todas las cosas, pues sé que las noches de tristeza pronto se convertirán en mañanas de alegría cuanto estés a mi lado. No me dejes preocuparme ni imaginarme necedades, pues sé que eres mi mejor Amigo celestial, mi Pastor, mi Proveedor, mi Defensor y la Roca de mi salvación.
Acércame a Tu corazón de amor. Sosiega mi espíritu, tranquiliza mi alma e infunde en lo profundo de mi ser Tu paz perfecta que sobrepasa todo entendimiento. Ruego que me ayudes a guardar silencio y saber que eres Dios, mi Dios en Quien confío. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre, eres grandioso, poderoso y digno de ser alabado, pues has prometido cargarme, sostenerme y mantenerme firme incluso a mi avanzada edad. Gracias porque en Ti de nada he de preocuparme, pues estoy a salvo en Tus manos, sabiendo que me sostendrás con la diestra de Tu justicia.
Ruego que derrames Tu paz perfecta en mi corazón en medio de las circunstancias problemáticas que enfrento, y hazme seguir descansando en Tu amor y permaneciendo en Tu hermosa paz, con la firme certeza de que tienes el poder de salvarme en cada estación de la vida.
Gracias por la emoción de la niñez, la experiencia de la juventud y las lecciones de la adultez. Y ahora, mientras enfrento el crepúsculo de mi vida, Te doy gracias, Padre, por Tus promesas inquebrantables y por Tu permanente poder sostenedor.
Ruego que inundes mi mente de Tu paz y me permitas dormir de noche con tranquilidad en el corazón, sabiendo que el ángel de Tu presencia me acompaña durante las horas de oscuridad. Alaba, alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, mientras el caos y el terror parecieran propagarse cada día más por el mundo, mientras aumenta el odio del mundo hacia Ti y mientras crece la aversión del hombre hacia Tus hijos, anhelamos aquel momento de paz en la tierra que solo llegará cuando el Mismísimo Príncipe de la Paz establezca Su reino milenario en Jerusalén.
Perdónanos, Señor, porque nos hemos apartado de Tus leyes justas y hemos desprestigiado Tus estatutos perfectos y mandamientos gloriosos en un mundo que llaman al mal bien y al bien mal, y no hay nada sano en nosotros.
Ayúdanos a seguir demostrando Tu amor y gracia hacia todos aquellos con los que tengamos contacto, y ten piedad de todos los que están perdidos y cegados por las mentiras y los engaños del malvado.
Brinda sabiduría y discernimiento a todos Tus hijos mientras viajamos por este mundo herido, y que Tu paz que sobrepasa todo entendimiento inunde los corazones y las mentes de todos los cristianos. Prepáranos para compartir la buena noticia del glorioso evangelio de la gracia con todos los que buscan aquella paz que solo de Ti proviene. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, mientras leo los periódicos y veo los titulares de las últimas noticias en la televisión, reconozco que son tiempos problemáticos y que los corazones de los hombres desfallecen por miedo a lo que ocurre en el mundo.
Señor, sé que a menos que mi esperanza esté en Ti, los eventos mundiales actuales también me harán desfallecer por el temor. Ruego que mantengas mi corazón enfocado en Ti y mantengas mis ojos puestos en Ti cada momento del día y me ayudes a confiar de manera implícita en Tu Palabra.
Cúbreme a mí y a todos mis seres queridos con Tu amor y gracia, y haznos establecer una relación cada vez más profunda contigo e infunde en nosotros el deseo cada vez más profundo de conocerte más y servirte mejor día a día. Ruego en el hermoso nombre de Jesús,
Amén.
Son tiempos difíciles, Señor Jesús, y mi alma siente angustia y temor, pero sé que Tú nos dijiste que jamás nos sintamos consternados ni agobiados. Ruego que me alejes de todo pensamiento que angustie mi mente, pues Señor, sé que estos pueden destruir mi alma y no servir ningún propósito positivo.
Señor Jesús, sé que solo Tú puedes traer la verdadera paz a nuestros corazones turbados. Gracias por el hermoso don de la paz que has prometido a Tus hijos. Tu paz es tan diferente a lo que el mundo ofrece; has prometido guardar en perfecta paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera. Manten los ojos de mi corazón puestos firmemente en mi Señor Jesús.
Pronuncio esta plegaria en nombre de Jesucristo, mi Salvador,
Amén.
Señor, es difícil encontrar el "aposento" donde pueda hablar contigo en perfecta y absoluta tranquilidad. Sosiégame ahora mientras busco aquella tranquila meditación.
Amén.