Querido Padre Celestial, gracias por haber enviado al Señor Jesús para que viviera y muriera por mí, y gracias por haberme hecho parte de Tu familia por el hecho de confiar en Jesús como mi Salvador. Gracias porque mi cuerpo es templo del Espíritu Santo, y porque Lo has enviado para que habite en mi corazón y para que me oriente y me guíe hacia toda la verdad. Ruego que tomes mi vida y uses cada parte de mí para alabarte y glorificarte.
Padre, sé que la Biblia nos dice que todos recibimos un don Tuyo, un don espiritual, y entiendo que es muy especial y distinto a mis talentos naturales o a mis habilidades adquiridas. Señor, realmente no sé cuál es la diferencia entre el verdadero don espiritual que se me concedió a través del Espíritu Santo cuando nací de nuevo y mis talentos y habilidades naturales.
Señor, ruego que uses todo lo que soy, mis habilidades y talentos, así como los dones espirituales que, con Tu gracia, has decidido concederme; sin embargo, también ruego que me permitas comprender el don espiritual especial que con Tu gracia me has concedido.
Ruego que me enseñes el don espiritual especial que me has brindado para usarlo en beneficio del cuerpo de Cristo, y Te pido que me lo des a conocer y que lo uses para alentar y edificar a mis hermanos y hermanas en Cristo, de manera de alabarte y glorificarte. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Dios Padre, solo Tú eres digno de recibir todo el honor, la fuerza, la majestad, el poder, la gloria, el honor y la bendición, pues has creado todas las cosas y por Tu voluntad y en Tu honor nos has creado; por lo tanto, hoy he venido a Ti para quedar a Tu merced. Gracias, Padre, por los dones espirituales que me has brindado. Señor, sé que hoy hay mucha evidencia a nuestro alrededor que indica que los dones espirituales que has brindado generosamente a tantos integrantes de la Iglesia parecieran estar siendo usados indebidamente, tal como se hizo mal uso de ellos en la iglesia de Corinto.
Señor, ruego que uses mis dones espirituales, así como mis habilidades naturales, para alabarte y glorificarte, y no para mi uso ni soberbia personal y, Señor, acepto que los dones espirituales no necesariamente evidencian la espiritualidad. No obstante, Señor, ruego poder crecer en la gracia y el conocimiento de Jesús. Déjame crecer espiritualmente y madurar en la fe, para que así mis dones espirituales puedan usarse como corresponde a un hombre o una mujer maduros de Dios.
Señor, dame una lección de humildad si es necesario, pues no quisiera llenarme de soberbia, ya que sé que has tenido mucha gracia y generosidad al brindarme los dones espirituales que he recibido. Ayúdame a usar todo lo que me has brindado de manera sabia y adecuada, y mantenme siempre inclinado ante la cruz y quebrantado ante Ti.
Padre, Te alabo y Te agradezco por cada don espiritual que tengo, y Te dedico con devoción cada uno de ellos, de forma que puedan usarse conforme a Tu voluntad, para ayudar y alentar a otros creyentes en estos momentos difíciles y para ensalzar Tu nombre, pues deseo que crezcas en cada ámbito de mi vida mientras yo mengüo hasta desaparecer, para que así Cristo viva en mí y haga su obra a través de mí.
Ruego que me ayudes a descubrir la forma adecuada de usar mis dones espirituales, y que me enseñes a usarlos para alabarte y glorificarte. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre amado, ruego que uses los dones y las virtudes espirituales que me has concedido para la propagación del evangelio de la gracia, de forma de unirme con mis hermanos y hermanas en Cristo mientras juntos nos acercamos a Ti.
Señor, sé que Tu Palabra nos dice que deseas que todos Tus hijos se unan en el espíritu del amor y en el vínculo de la paz a través de Tu Palabra, para que como creyentes podamos unirnos en cuerpo y en espíritu y nos convirtamos en un cuerpo de creyentes que ensalce a Cristo, para así glorificar Su nombre y propagar el evangelio.
Señor, sé que el hombre nada puede hacer para lograr esta tarea y que cuando intentamos construir Tu Iglesia con nuestra propia fortaleza carnal o en función de nuestra propia sabiduría mundana, estamos destinados al fracaso, pues solo el Señor Jesús es la cabeza del Cuerpo y es Él Quien ha prometido, a través de Su Espíritu, que construirá Su Iglesia y que la hará crecer.
Usa a todos aquellos a los que has llamado a ser pastores, maestros y evangelizadores para que instruyan y preparen al pueblo de Dios para la obra y el servicio que han de cumplir y para la propagación del Evangelio de Cristo.
Que cada uno de Tus siervos esté completamente preparado a nivel espiritual para terminar la obra y el servicio que nos has asignado. Fortalece y edifica a cada integrante del cuerpo de Cristo, para que así podamos unirnos en espíritu y en verdad. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, gracias porque has brindado generosamente a cada uno de tus hijos dones y virtudes que pueden usarse para edificar y alentar a nuestros hermanos y hermanas en el Cuerpo de Cristo.
Señor, Te dedico los dones y las virtudes espirituales que has decidido brindarme. Te dedico lo que soy, y ruego que me uses en un cuerpo ministerial ante otros santos de Dios, de forma que pueda ministrar a mis hermanos y hermanas según Te plazca. Déjanos edificarnos y alentarnos mutuamente y glorificar Tu nombre.
Ruego que me llenes de la plenitud del Espíritu Santo y tomes mi vida como un sacrificio vivo, que sea santo y aceptable delante de Tus ojos. Ruego que me uses para promover el evangelio de la gracia según Te plazca. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, ruego que perdones a aquellos integrantes del Cuerpo de Cristo que han deshonrado Tu nombre de cualquier manera al usar de forma indebida los hermosos dones espirituales que bondadosamente has concedido a cada uno de Tus hijos. Señor, ruego no ser demasiado crítico con los demás, más bien Te pido que no me dejes apartarme de la verdad de Tu Palabra. Dame un corazón que ore por mis hermanos y hermanas, de forma que juntos busquemos asemejarnos cada vez más a Cristo mientras usamos los dones que Dios nos ha concedido, para Tu gloria y alabanza.
Ruego que me brindes sabiduría y discernimiento correctos y piadosos, para así poder determinar cuáles dones provienen de Ti y cuáles han sido usados de forma egoísta e indebida. Dame un corazón agradecido e infunde en mí el deseo de ser generoso conforme a todo lo que deseas para mi vida y testimonio. Ayúdame a ser una fuente de ánimo para los demás integrantes del cuerpo de Cristo, y úsame para alentar a los demás de la manera que Tú elijas, a nivel físico, emocional, social o espiritual.
Haz crecer mi fe en Ti y dame un espíritu enseñable y la capacidad de defender siempre la esperanza que hay en mí. Dame la oportunidad de proclamar la buena noticia del evangelio de la gracia, así como la voluntad de recoger cualquier testigo que decidas poner en mi senda.
Señor, ruego poder dar lo mejor de mí, y Te pido que me otorgues los dones espirituales que Te parezcan. Señor, ruego que no me dejes sentir envidia al ver cómo un hermano o una hermana aprovecha los dones espirituales que Dios les ha concedido o demuestra el hermoso fruto del Espíritu en su vida, más bien déjame vivir y caminar con humildad ante Ti durante todos los días de mi vida, para Tu gloria y alabanza. En nombre de Jesús,
Amén.