Oración por los miedos

Oración confesional ante Dios

Gracias, Dios Padre, pues no necesito dirigirme a un confesionario ni confesar mis pecados ante un sacerdote o un pastor, sino, con Tu gracia, puedo entrar de inmediato a Tu trono y confesarte mis pecados directamente, ya que soy Tu hijo, he nacido en Tu familia y me he convertido en una nueva creación en Cristo.

Gracias, Padre mío, pues he sido salvado y mediante la gracia he sido perdonado, ya que a través de Tu gracia soy hijo de Dios, y mediante la gracia se me ha permitido estar ante Tu presencia para confesar mis pecados de rodillas y levantar las manos en santa adoración, pues solo Tú eres digno.

Gracias, Señor, pues no tengo que hacer penitencia, ya que has prometido que si Te confesamos nuestros pecados y transgresiones, serás fiel y justo y perdonarás cada uno de ellos y nos limpiarás de toda injusticia.

Gracias, Señor, porque puedo arrodillarme a Tus pies cuando Te he agraviado, pues sé que estás preparado y dispuesto a limpiar a todos los que Te buscan con arrepentimiento en el corazón y con la intención de caminar como es digno de nuestra posición en Jesucristo.

Gracias por la libertad que Tú me das, y ruego que no me dejes pecar y me liberes de la tentación del pecado, pues deseo vivir de manera piadosa en Jesucristo, para así alabar Tu santo nombre.

Amén.

Oración de agradecimiento por los pecados perdonados

Padre, mi corazón se arrodilla ante Ti con profundo agradecimiento y alabanza, pues he pecado y he hecho muchas cosas que no merecen Tu amor ni perdón, y confieso que he rechazado Tu dádiva de salvación por el solo hecho de que mi mente no comprende cómo alguien podría morir por mis pecados, sobre todo el Creador de la tierra y el Dios del Universo. Señor, confieso que Te di la espalda por ignorancia y soberbia, y aun así, con Tu amor me buscaste.

Gracias, Señor, porque no hay pecado que haya cometido que no puedas perdonar y no hay nada oculto en mi pasado culpable que no pueda limpiarse y sanarse a través de la sangre de Jesucristo.

Señor, deseo que abras mi corazón y que incluso me purifiques de aquellos pecados ocultos que pensé que eran demasiado graves para merecer Tu perdón, y que he eliminado de mi memoria consciente.

Sin embargo, confieso todos mis pecados ante Ti y creo que con Tu muerte sacrificial y resurrección gloriosa, todos mis pecados han sido perdonados y he sido liberado de la poderosa atadura que el pecado tenía sobre mi vida. Gracias porque, por la gracia y mediante la fe, he sido liberado de toda culpa y ya no estoy bajo Tu condenación, sino ahora soy hijo de Dios y he sido aceptado en el Amado. Gracias, en nombre de Jesús,

Amén.

Oración de confesión a Dios por un hijo pródigo

Padre celestial, mis pecados son como la grana y mi corazón está ensangrentado y herido. Siento que ya no tengo derecho a ser llamado Tu hijo. He dedicado una gran parte de mi vida a complacerme a mí mismo, y poco me he preocupado de los sentimientos de los demás. Sé que he hecho muchas cosas que no Te complacen y que nada de lo que he hecho es justo delante de Tus ojos.

Señor, confieso mi soberbia y mi egoísmo insensato, y Te pido que me perdones. Señor, Tú prometiste en la Biblia que incluso si mis pecados son como la grana, los lavarías a través de la sangre de Jesucristo. Te pido que me perdones, Señor, pues sé que en todo he pecado contra Ti y contra nadie más.

Padre, mientras leo la parábola del hijo pródigo, siento que, al igual que él, ya no tengo derecho a ser llamado Tu hijo; sin embargo, al igual que el padre de la historia, me has concedido mucho más de lo que podría pedir o imaginar, lo cual es un maravilloso don de Tu gracia.

Gracias, Señor, por haberme perdonado y por haberte mantenido fiel a mí, incluso cuando fui infiel y necio contigo. Gracias porque cuando huí lejos de Ti, Tu deseo fue que yo regresara de manera penitente a Tus brazos.

Ruego que, a partir de hoy y con Tu fortaleza, me enseñes a vivir la vida que Tú quieres que viva y a comportarme contigo de una manera que honre Tu glorioso nombre. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración de confesión de los pecados

Querido Dios, toda mi vida he huido de Ti y he fingido que soy lo suficientemente bueno como para ir al cielo y que no necesito preocuparme de mis pecados, ya que hay muchas personas que cometen pecados más graves que los míos.

Y a pesar de esto, me doy cuenta de que soy igual de pecador que cualquier otra persona, y que necesito un Salvador tal como cualquier hombre o mujer que haya nacido. Me doy cuenta de que todos los pecados son igual de graves delante de Tus ojos, y que el castigo por el pecado es la muerte espiritual y la separación eterna de Ti.

Señor, me arrodillo con humildad ante Ti y confieso mi soberbia y necedad, admito que he pecado en pensamiento, palabra y acción, y que necesito desesperadamente la sangre purificadora de Jesucristo como mi Salvador.

Padre, confieso que solo a través de la sangre de Jesucristo mis pecados podrán ser perdonados, pues ahora creo y sé que Jesucristo murió para pagar el precio de mis pecados, perdonar mis pecados, derribar el poder del pecado en mi vida y vestirme de Su justicia. Gracias, Padre, por esta dádiva de gracia, y gracias por haberme buscado cuando huía de ti en mi soberbia. Gracias en nombre de Jesús,

Amén.

Oración para confesar que necesito un Salvador

Señor Dios, he venido a Ti a tan solo presentarte cada uno de mis pecados, y Te pido que, con Tu gracia, perdones cada uno de ellos, ya sea un pensamiento equivocado, una palabra desconsiderada, una motivación egoísta o una acción pecaminosa. Independientemente de si fue algo grave que hice o algo que debería haber hecho pero que no hice.

Señor, confieso que necesito a Jesucristo como Mi Salvador, pues reconozco que no hay nadie más que sea capaz de pagar el precio del pecado y que, con Tu amor y gracia, me has abierto las compuertas de Tu sangre purificadora. Me lavaste de cada uno de mis pecados, y los alejaste cuanto está lejos el oriente del occidente, por lo cual Te alabo y Te adoro a lo largo del tiempo y hasta la eternidad.

Gracias porque moriste por mis pecados y porque recibiste el castigo que yo merecía. Gracias porque eres "Quien carga con los pecados" y porque me redimiste del lodo cenagoso y pusiste mis pies sobre la Roca de mi salvación. Gracias porque tanto me amas que enviaste a Jesucristo, Tu Hijo unigénito, para que sufriera y muriera por mí.

Señor, la magnitud de Su muerte sacrificial no deja de impresionarme a medida que comprendo con mayor profundidad qué significo para Ti el sacrificio de Su vida perfecta. Te alabo y Te adoro por aquel amor maravilloso, y dudo que en el tiempo o en la eternidad podamos comprender por completo el costo que tuvo para Ti. Gracias, Dios Padre. En nombre de Jesús,

Amén.

Oración para que hoy me ayudes a vivir

Oh Dios, ayúdame a vivir el hoy. He tenido mis ayeres, y algunos no fueron muy buenos. No se puede cambiar lo que pasó ayer, pero yo sí puedo cambiar.

Respira sobre mí, oh Dios, y concédeme la valentía para esforzarme con sinceridad por ser la persona que sé que debería ser, pues al serlo, podré obtener la paz que busco. Ayúdame a vivir el hoy de la forma que Tú quieres que viva, conforme a Tu voluntad y para Tu gloria y alabanza. En nombre de Jesús,

Amén.

Oración para que me ayudes a caminar con transparencia

Oh Dios, confieso que deseo algunas cosas de la vida que en verdad no debería llegar a tener. También confieso que algunos de los deseos que he sentido han sido tan intensos, que se clasificarían como "lujurias" o deseos intensos de la carne.

Perdóname, oh Dios, y ayúdame a ser transparente contigo y con los que me rodean.

Tú siempre has sido honesto conmigo, oh Dios. Ayúdame a ser igual de honesto conmigo mismo, con los demás y, sobre todo, oh Dios, contigo. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.