Padre celestial, que nuestra confianza y fe en Ti reflejen la sencillez de la fe que regocija Tu corazón, y que es tan evidente en la vida de los niños, pero que pareciera evaporarse tan pronto alcanzamos la edad de la madurez. Haznos sorprendernos y maravillarnos ante la gloriosa historia de la redención, y haznos acercarnos a Tu santísimo trono de gracia con profunda humildad para pedirte ayuda en nuestro momento de necesidad.
Perdónanos por haber perdido la capacidad de asombrarnos ante la bella encarnación, y por habernos confiado de la muerte y la resurrección de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Renueva en nosotros una profunda reverencia por Tu santo nombre, como corresponde a nuestro grandioso y glorioso Dios Creador, Que tanto nos amó que envió a Su Hijo unigénito para que muriera por nuestros pecados, de manera que todo el que cree en Él no perezca, sino tenga vida eterna.
Ayúdanos en los días por venir a examinar nuestros corazones y a ver si también nos hemos vuelto fríos hacia las cosas de Dios. Renueva en nosotros un espíritu sencillo de asombro y admiración, para que así una vez más podamos maravillarnos ante Quién eres realmente. Y acercános cada vez más a Ti. Rogamos en el hermoso nombre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo,
Amén.
Cuánto Te agradecemos, Padre, por los diversos ejemplos de los hombres y las mujeres que corrieron con éxito la carrera de la vida y terminaron el trayecto que se trazó para sus vidas, con el poder del Espíritu Santo. Gracias por la gran nube de testigos de la Palabra de Dios que a lo largo de los siglos han terminado su viaje por la vida habiendo corrido la carrera que tuvieron por delante, con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de su fe.
Haznos permanecer firmes hasta el final de nuestras vidas y vivir de la forma que Tú quieres que vivamos, pues sabemos que hemos sido hechos a Tu imagen y semejanza y hemos renacido como una nueva creación en Cristo. Ayúdanos a "seguir avanzando" hasta el final de nuestra vida, sin importar las luchas y las dificultades que surjan.
Señor, Te pedimos que nos levantes cuando nos tropecemos.
Que nos consueles y nos sosiegues cuando la tristeza azote nuestros corazones.
Que el brillo de Tu amor resplandezca y revele Tu rostro sonriente lleno de amor cuando las nubes de la duda eclipsen la perspectiva de nuestros corazones.
Que nos guíes por el valle de la humildad y nos vuelvas a llevar suavemente hacia el camino de la verdad cuando por desobediencia o desinterés nos alejemos de la senda de la justicia.
Gracias, Señor, porque has prometido terminar la buena obra que has comenzado en cada una de nuestras vidas. Por lo tanto, déjanos llegar a la meta habiendo corrido enérgicamente la carrera que nos pusiste por delante. Déjanos escuchar Tus hermosas palabras a través de Jesús: "Hiciste bien, buen y fiel siervo", en Cuyo nombre oramos,
Amén.
Gracias, Padre, porque has prometido que la prueba de nuestra fe produce perseverancia y constancia, que con el tiempo pondrá en evidencia la bella naturaleza propia de Cristo que deseas en todos Tus hijos, pero que a menudo intento evitar o la considero una lucha amarga. Señor, ayúdame a aceptar las pruebas que decidas poner en mi vida. Ayúdame a fijarme en las dificultades que me abruman a través de Tus ojos, y dame una perspectiva eterna de todos los problemas que deba enfrentar, para así alegrarme al afrontar varias pruebas, pues sé que la prueba de mi fe produce el fruto piadoso de la paciencia. Señor, ayúdame a aprovechar aquellas pruebas como una oportunidad de crecer en la gracia, y como un impulso para cultivar una relación más profunda y sólida contigo.
Señor, no siempre es fácil sincronizar nuestras mentes con la mente de Cristo. A menudo es muy difícil considerar las pruebas como algo positivo y aceptar las diversas pruebas que debemos enfrentar como algo valioso; sin embargo, Tu Palabra nos dice que las dificultades de la vida pulen nuestra fe y a la vez nos ayudan a desarrollar nuestra confianza en el Señor, que para Ti es más preciosa que mucho oro fino. Dame un corazón que comprenda y que decida ver las pruebas y dificultades desde Tu perspectiva, para que así la prueba de mi fe produzca el fruto justo de la paciencia y de la gracia. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre, mientras recordamos la firme fe y esperanza en Dios que la gran nube de testigos manifestó en Hebreos, Capítulo 7 y en otros versículos, rogamos que también podamos seguir su ejemplo y depositar toda nuestra fe en Tu hermosa palabra. Haznos confiar de manera cada vez más profunda en Ti, pues sabemos que Tu Palabra es fiel y verdadera. Nútrenos con la Palabra de Dios día a día y refréscanos con los ríos de agua viva que de lo alto fluyen hacia nuestros corazones, para que así todo lo que hagamos complazca al Señor y glorifique Su nombre.
Gracias porque en Cristo todos nuestros pecados han sido perdonados y hemos sido liberados del poder del pecado en nuestras vidas. Haznos inculcar nuestra confianza en el Señor Jesús a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos, para que así la confianza viva en Dios de las futuras generaciones sea su testimonio ante el mundo, y la fe en Su Palabra sea un testimonio que también se transmita a todos sus hijos.
Mantennos firmes en la verdad de la Palabra de Dios que nos ha entregado nuestro Padre que está en los cielos, y mantennos firmes y verdaderos a todo lo que hemos aprendido sobre Tu gracia y misericordia. Que nuestras vidas demuestren un amor cada vez más profundo por Ti, hasta que llegue el glorioso día en que nos lleves para estar junto a Ti en el cielo. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.