Te alabamos y adoramos tu santo nombre. Te atribuimos la gloria y el honor que Te corresponden, pues eres nuestro Dios, solo Tú eres nuestro Creador, nuestro Señor y nuestro Salvador, y solo Tú mereces nuestra adoración.
Te adoramos por la belleza de Tu santidad y nos inclinamos ante Ti en reverente alabanza, pues solo Tú eres digno de recibir todo el honor, la gloria, la alabanza, la bendición y la adoración.
Tu poder y Tu majestad pueden verse en todo el mundo, las obras de Tu mano se manifiestan en lo alto de los cielos, en lo profundo de la tierra y en las aguas debajo la tierra. Yaces sentado en el círculo de los cielos como nuestro Rey eterno, y Tu estrado es el fundamento de la tierra, que Tú has creado. Somos Tu pueblo, las ovejas de Tu prado, y Tú eres nuestro Dios. Te adoramos.
Nos sacaste del lodo cenagoso y nos vestiste de Tu propio manto de justicia. Nos limpiaste de nuestros pecados y secarás las lágrimas de nuestros ojos. Das fortaleza a los débiles, ayudas a los oprimidos, das alimento a los hambrientos y consuelas a los que sufren.
Te bendecimos por nuestra creación, preservación y por todas las bendiciones de esta vida pero, sobre todo, Te adoramos y Te agradecemos por haber enviado a Tu Hijo para ser nuestra propiciación, nuestro Salvador que lavó nuestros pecados con Su propia sagre. No hay palabras que puedan expresar la maravilla de Tu amor y gracia, y Te adoramos por los siglos de los siglos,
Amén.
Le cantaré al Señor un cántico de adoración. Alzaré mi voz en un himno de alabanza. Que la tierra y los cielos se junten para adorar al Señor nuestro Dios, pues solo Él es digno de nuestra alabanza. Que los árboles aplaudan y que las montañas levanten las cabezas. Que las flores de nuestro bosque canten de alegría y que los ríos y los mares se regocijen por todas partes.
Déjanos proclamar juntos el júbilo de Tu salvación ante todo el mundo y declarar la gloria de Tu maravillosa majestad ante todas las naciones. Maravillosas son las obras de Tu mano, pues Tú eres el Señor nuestro Dios, y solo Tú eres digno de nuestra adoración y alabanza.
Te alabo y Te adoro, Dios Padre, por Quién eres. Te doy gracias porque eres mi Salvador y porque en Tus manos hay justicia y verdad. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial amado, eres nuestro Dios magnífico y Tu nombre es grandioso en toda la tierra. Creaste los mundos y extendiste los cielos con la fuerza de Tu inmenso poder. Estableciste Tu fortaleza desde la eternidad hasta la eternidad, y los cielos son obra de Tus dedos.
Tuviste misericordia y gracia de los hijos de los hombres, y enviaste al Hijo eterno de Tu amor para que nos visitara y nos redimiera. Nos regocijamos en Tu amor bondadoso y en tu inmensa compasión, y nos alegramos en el Dios de nuestra Salvación. Cantaremos Tus alabanzas por los siglos de los siglos, pues solo Tú eres digno de ser alabado y adorado.
Cuán glorioso es Tu maravilloso nombre en toda la tierra, y cuán majestuosa es la obra de Tu mano. Alzaremos nuestras voces para proclamar que eres el Señor y el Dios de nuestra Salvación, y nos regocijaremos al cantar alabanzas en Tu santo nombre y adorarte a Tus pies. Alabado sea el Señor por las numerosas bendiciones que has derramado en todos los que Te aman.
Alabado sea el Señor por los siglos de los siglos. En nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor Jesús, Te amo y Te adoro por todo lo que has hecho por nosotros y, Señor, anhelo adorarte en espíritu y en verdad, tal como les dijiste a las mujeres en el pozo.
Gracias por haberme hecho a Tu propia imagen, y por las numerosas bendiciones y beneficios que me has concendido. Señor, quiero entregarme a Ti por completo. Quiero cada día presentarme ante Ti como un sacrificio vivo. Quiero cada día cargar mi cruz y presentarme ante Ti como un acto espiritual de adoración, pues solo Tú eres digno, solo Tú eres el Señor.
Abre mis ojos para poder verte mejor. Abre mis oídos para poder escuchar Tu suave susurro, y abre mi corazón para adorarte cada vez más y así crecer en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo, en Cuyo nombre oro,
Amén.
Querido Padre celestial, deseo aprender a adorarte como lo mereces. Señor, ayúdame a convertirme en la clase de adorador que buscas; uno que Te adore en espíritu y en verdad.
Ruego que mi vida Te honre en todo lo que digo y hago, en todas las circunstancias de la vida, durante todo el día y mientras me duermo por la noche.
Señor, ruego poder aprender a tomar todos Tus caminos, servirte con todo mi ser y aprender a amarte como Tú me has amado. Señor, enséñame a adorarte en todo Tu santo esplendor, para así poder inclinar mi corazón ante Ti en espíritu y en verdad, de manera de honrarte y glorificarte. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.