Querido Señor Jesús, Te amo y Te adoro por todo lo que has hecho por nosotros y, Señor, anhelo adorarte en espíritu y en verdad, tal como les dijiste a las mujeres en el pozo.
Gracias por haberme hecho a Tu propia imagen, y por las numerosas bendiciones y beneficios que me has concendido. Señor, quiero entregarme a Ti por completo. Quiero cada día presentarme ante Ti como un sacrificio vivo. Quiero cada día cargar mi cruz y presentarme ante Ti como un acto espiritual de adoración, pues solo Tú eres digno, solo Tú eres el Señor.
Abre mis ojos para poder verte mejor. Abre mis oídos para poder escuchar Tu suave susurro, y abre mi corazón para adorarte cada vez más y así crecer en la gracia y el conocimiento del Señor Jesucristo, en Cuyo nombre oro,
Amén.