Amante Señor y Padre celestial, cuánto nos regocijamos al recordar la maravilla y el júbilo que trajo el nacimiento de Cristo a nuestro mundo caído aquella primera noche de Navidad, cuando el Mismísimo Príncipe de la Paz vino al tabernáculo entre los hombres, tal como hace tantos años atrás se les había prometido a nuestros ancestros.
Gracias por el don de Tu Hijo. Gracias por el glorioso evangelio de la paz que se derrama en nuestros corazones cuando confiamos en Su nombre. Gracias por la Persona de Jesucristo, Que se despojó de Su gloria celestial y nació para morir y así nosotros pudiéramos renacer y vivir.
Padre, la gloriosa verdad del evangelio de Cristo es vida y luz para los hijos de los hombres. Es paz y esperanza, amor y júbilo, perdón y salvación, pero a menudo la historia de la Navidad ha perdido su impacto en un mundo que ha rechazado Tu verdad y que ha seguido los pasos de un sistema mundial que está condenado al fracaso.
Perdónanos, Señor. Perdónanos por la rebeldía que suele manifestarse en esta época del año, y ten compasión y misericordia de nosotros en esta temporada navideña.
Vuelve a encender la luz de la verdad en los corazones de los hombres y las mujeres de todo el mundo, mientras volvemos a enfocar nuestros corazones en Tu humilde nacimiento y en la redención que este brinda a todos los que confíen en Ti por la gracia y mediante la fe. Dales una paz permanente a todos aquellos a los que ha salvado Tu hermosa sangre mientras celebramos la hermosa verdad del glorioso evangelio de la gracia. En nombre de Jesús,
Amén.
Gracias, querido Padre celestial, por haber enviado al Hijo unigénito y eterno de Tu Amor, el Señor Jesucristo, para que naciera como un bebé en condiciones tan humildes, de forma que la raza caída de la humanidad pudiera ser redimida de su pecado y pudiera convertirse en hijos e hijas del Altísimo Dios mediante la fe en Su nombre.
Cuánto bendigo Tu santo nombre por toda la bondad y benevolencia que me has extendido a mí y a toda la raza caída de la humanidad. Gracias, pues Jesús se despojó de Su gloria para vestirse de carne humana de forma que, cuando se cumpla el tiempo, aquellos que confían en Su nombre se conviertan en Tus hijos e hijas y en coherederos con el Mismísimo Cristo.
Gracias, pues nunca Te rendiste con la humanidad, sino nos has permitido recuperar la comunión contigo por la gracia y mediante la fe en Jesucristo nuestro Señor. Ruego que en esta temporada navideña le des a nuestro corazón la luz de Tu amor y la oportunidad de contar la buena noticia del evangelio de Cristo a aquellos que perecen. Ruego que acerques a muchos a Tu reino, para que así Tu nombre sea glorificado y a Ti sea toda la alabanza, el honor y la gloria, y gracias, pues solo Tú eres digno.
Amén.
Señor Jesús, hoy alzamos nuestras voces en oración y alabanza mientras recordamos Tu nacimiento aquella primera mañana de Navidad. Señor, hoy muchas personas celebran el Día de Navidad sin comprender en realidad que, al haber venido a la tierra en forma de hombre, viniste a morir para que todos los que creen en Tu nombre pudieran ser salvados de sus pecados y pudieran tener una vida más abundante.
Mientras la historia de los pastores y de los sabios se canta en villancicos y se representa en las aulas, y mientras en la televisión hablan sobre el nacimiento de Jesucristo hace dos mil años, rogamos que Tu Espíritu Santo convenza los corazones de muchos que han ignorado la verdad de la Navidad y que solo la consideran una linda y pequeña historia.
Rogamos que hagas que muchos este año vean la Navidad con otros ojos, y que lleguen a comprender el verdadero significado de Tu nacimiento en Belén, de forma que este año vean la historia de la Navidad en toda su gloria y belleza. Que en esta Navidad Tu santo nombre sea ensalzado y que Jesucristo sea glorificado, pues solo Tú mereces todo el honor y la gloria. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor Jesús, eres la luz del mundo y el Príncipe de la Paz que este mundo necesita con desesperación. Cuánto Te agradezco y Te bendigo porque viniste a la tierra a morir en la cruz por nuestros pecados, para que así todos los que creen en Tu nombre reciban paz para con el Padre y sus corazones reciban Tu paz y amor.
Haz resplandecer la luz de Tu amor en lo profundo de los corazones de aquellos que no Te reconocen como su Salvador. Ilumina las mentes de aquellos que están cegados a la verdad del glorioso evangelio de Jesucristo nuestro Señor. Y Señor, ruego que acerques a muchos a Tus brazos de perdón, para que así también puedan ser justificados ante Dios y sus corazones reciban Tu paz en este momento, de forma que la buena voluntad que hace tantos años prometieron los ángeles se convierta en su porción durante esta temporada navideña.
Bendice en esta Navidad a todos los que Te conocen y Te aman como su Salvador, y acerca a cada uno de ellos a Tu corazón de amor, en un mundo que cada vez se oscurece más, para que así la luz de Tu verdad resplandezca a través de nosotros hacia un mundo que necesita a Jesús, en Cuyo nombre oro,
Amén.