Padre Celestial, confieso que no solo he hecho daño a los demás, sobre todo a mis seres cercanos, sino que también Te he agraviado y he ignorado algunas advertencias que creo que me enviaste directa o indirectamente. Ruego que me ayudes a liberarme de esta adicción impía y me encamines hacia mi recuperación.
Perdóname, Señor, porque he pecado contra Ti y he ignorado las claras enseñanzas de Tu Palabra de vivir de manera sobria, justa y en temor al Señor, y caminar con prudencia ante Ti como hijo de la luz. Sin embargo, he venido a Ti en humilde sumisión a pedirte que me encamines hacia mi rehabilitación, pues sé que has prometido sacar del pozo de la desesperación a todos los que se acercan a Ti, incluso si lo hemos excavado nosotros mismos.
Ayúdame a liberarme del alcohol, a ponerme la coraza de la justicia y el yelmo de la salvación en Cristo, en Cuyo nombre oro,
Amén.
“antes bien, vestíos del Señor Jesucristo, y no penséis en proveer para las lujurias de la carne.”