Amante Señor y Padre celestial, Te doy gracias por la familia de Cristo que me has dado y por la comunión amorosa que disfrutamos juntos. Mientras estudiamos Tu Palabra y buscamos alentarnos el uno al otro en nuestras pequeñas congregaciones, ruego que la Palabra de Cristo habite en nosotros con abundancia.
Ayúdanos a estar dispuestos a aprender y a reconocer que necesitamos rendirnos cuentas los unos a los otros y someternos a Ti, mientras buscamos crecer en la gracia de manera colectiva. Bendice a aquellos que has elegido para prepararnos, y ruego que aquellos que han recibido el don de la docencia nos motiven a ser aprendices voluntariosos Tuyos.
Señor, sé que algún día me estaré ante tu tribunal Bema, y anhelo escucharte decir: "Hiciste bien, buen siervo y fiel". Ruego que en los días por venir pueda acercarme a Ti y a mis hermanos y hermanas en Cristo, pues juntos esperamos aquel glorioso día en que estemos ante Tu presencia, cara a cara contigo.
Gracias, en nombre de Jesús,
Amén.
“De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.”
Amante Señor, nos has dado una familia a todos y, con Tu propia autoridad, has establecido Tus propios estatutos y leyes. Gracias por habernos dado una familia a todos, y gracias por mi propia familia en particular.
Gracias por la claridad con la que Tu Palabra nos ha enseñado cómo se comportan las familias que buscan cumplir Tu voluntad y el papel que desempeña cada uno de nosotros en nuestra familia en particular.
Gracias, Señor, pues eres nuestro Padre y has autorizado al hombre de la casa para ocupar el puesto de autoridad, como cabeza de la familia, tal como Tú eres la Cabeza de la familia de Dios. Que los hombres que desempeñen este papel de responsabilidad se comporten de una forma que Te complazca, y que traten a sus esposas con amor y respeto y a sus hijos con cariño, disciplina y sabiduría. Que se conviertan en hombres conforme a Tu propio corazón mientras asumen el papel que Dios les ha asignado en sus propios hogares.
Que sus esposas sean gentiles, bondadosas y estén dispuestas a desempeñar el papel primordial de ayuda que les has asignado bondadosamente. Que reflejen el inmenso amor que tuvo Cristo por el Padre y la dulce gentileza del Espíritu Santo, tal como Jesús lo demostró en Su propia vida, al haberse sometido bondadosamente a la voluntad del Padre y al haber deseado hacer solo aquellas cosas que Le complacieran. Dales sabiduría a las esposas, y que crezcan cada vez más en la gracia mientras siguen los pasos del hermoso Señor Jesucristo, Que estaba lleno de gracia y verdad.
Gracias por la herencia y el don de los hijos, que son una dádiva de Dios, una dádiva que se ha tomado prestada del Señor. Que aquellos niños respeten a sus padres y reconozcan el privilegio que tienen al ser parte de una familia piadosa.
Amante Señor, gracias por mi querida familia. Dejo a mi familia en Tus manos. En nombre de Jesús,
Amén.
“Porque {es} tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si {comienza} por nosotros primero, ¿cuál {será} el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios?”
Amante Señor, me doy cuenta de la importancia de la responsabilidad espiritual en mi propia vida cristiana. Ruego que formes hombres y mujeres piadosos que me hagan rendir cuentas ante Ti. Ayúdame a no rechazar la idea de la responsabilidad, sino que a aceptarla y a aprender lo más que pueda de los sabios consejos de aquellos que pongas en mi vida. Ruego que juntos crezcamos en la gracia y obtengamos sabiduría en nuestro momento de necesidad.
Señor, ruego que me des a alguien, tal vez incluso un compañero de oración, con quien pueda orar y disfrutar una comunión. Déjanos construir una relación que nos permita ser transparentes en nuestra senda cristiana. Que cada uno de nosotros oriente al otro con sensibilidad y madurez, para así darnos ánimo y consejos mutua y recíprocamente.
Señor, sé que el enemigo anda al acecho como león rugiente y que intenta devorar a todos los que no han rendido cuentas ante Ti, pues esto los deja vulnerables a sus ataques perversos y al desánimo espiritual. Señor, ayúdame a ser la persona que Tú quieres que sea. Dame un corazón humilde y un espíritu bondadoso mientras intento hacer solamente aquellas cosas que son justas y adecuadas delante de Tus ojos. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“
Y yo os digo que de toda palabra vana que hablen los hombres, darán cuenta de ella en el día del juicio.”
Señor Jesús, Tu Palabra dice: "Examínense para saber si su fe es genuina". Señor, sé que esta frase no está dirigida a los no creyentes, sino que a todos los que somos Tus hijos en Jesucristo. Señor, ayúdame a examinarme a mí mismo y todo lo que aprendo de Ti y de Tu palabra, para así poder decir con convicción: "Sé en Quién he creído y he tomado la senda en la que Él me ha puesto".
Tampoco me dejes criticar a los demás y, Señor, no me dejes tener un espíritu controlador ni hacer que los demás rindan cuentas ante Ti, cuando la viga de mi propio ojo es más grande que la paja del ojo de mi hermano. Mantenme humilde ante Tu trono de gracia.
Gracias por todos mis amigos cristianos y por mi familia. Mantennos caminando cerca de Ti en los días por venir. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“De modo que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí mismo.”
Amante Señor, gracias por Tu Palabra escrita que contiene todo lo que necesitan los no creyentes para que sus pecados sean perdonados, así como todo lo que necesitamos Tus hijos salvados para vivir vidas piadosas en Jesucristo.
Padre, me doy cuenta de que, con Tu gracia, no has excluido a nadie de Tu don de la Salvación, sino que tan solo nos has ordenado creer en Tu querido hijo. Sin embargo, ahora comprendo que también me has ordenado crecer en la gracia y el conocimiento del Señor Jesús mediante la fe en Cristo y sin confiar en mis propias capacidades, si he de convertirme en un creyente maduro en Cristo.
Señor, quiero crecer en mi vida cristiana y vivir conforme a la voluntad del Señor. Enséñame Tus caminos y guíame con Tu Espíritu Santo. Señor, quiero rendir cuentas ante Ti en mi vida cristiana. Dame un Espíritu enseñable y el deseo de poner en práctica todas las verdades que aprenda, pues quiero que en mi vida se haga Tu voluntad. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“Porque todos nosotros debemos comparecer ante el tribunal de Cristo, para que cada uno sea recompensado por sus hechos estando en el cuerpo, de acuerdo con lo que hizo, sea bueno o sea malo.”