Amante Señor, nos has dado una familia a todos y, con Tu propia autoridad, has establecido Tus propios estatutos y leyes. Gracias por habernos dado una familia a todos, y gracias por mi propia familia en particular.
Gracias por la claridad con la que Tu Palabra nos ha enseñado cómo se comportan las familias que buscan cumplir Tu voluntad y el papel que desempeña cada uno de nosotros en nuestra familia en particular.
Gracias, Señor, pues eres nuestro Padre y has autorizado al hombre de la casa para ocupar el puesto de autoridad, como cabeza de la familia, tal como Tú eres la Cabeza de la familia de Dios. Que los hombres que desempeñen este papel de responsabilidad se comporten de una forma que Te complazca, y que traten a sus esposas con amor y respeto y a sus hijos con cariño, disciplina y sabiduría. Que se conviertan en hombres conforme a Tu propio corazón mientras asumen el papel que Dios les ha asignado en sus propios hogares.
Que sus esposas sean gentiles, bondadosas y estén dispuestas a desempeñar el papel primordial de ayuda que les has asignado bondadosamente. Que reflejen el inmenso amor que tuvo Cristo por el Padre y la dulce gentileza del Espíritu Santo, tal como Jesús lo demostró en Su propia vida, al haberse sometido bondadosamente a la voluntad del Padre y al haber deseado hacer solo aquellas cosas que Le complacieran. Dales sabiduría a las esposas, y que crezcan cada vez más en la gracia mientras siguen los pasos del hermoso Señor Jesucristo, Que estaba lleno de gracia y verdad.
Gracias por la herencia y el don de los hijos, que son una dádiva de Dios, una dádiva que se ha tomado prestada del Señor. Que aquellos niños respeten a sus padres y reconozcan el privilegio que tienen al ser parte de una familia piadosa.
Amante Señor, gracias por mi querida familia. Dejo a mi familia en Tus manos. En nombre de Jesús,
Amén.
“Porque {es} tiempo de que el juicio comience por la casa de Dios; y si {comienza} por nosotros primero, ¿cuál {será} el fin de los que no obedecen al evangelio de Dios?”