Oraciones por los hermanos

Oración de un anciano a Dios

Padre amado, has sido mi Roca en la adversidad, mi Paz en la angustia y mi Refugio de las tempestades de la vida. Pero Señor, a medida que pasan los años, me siento agotado y cansado con la vida en general, y necesito que seas mi Pastor bondadoso y misericordioso, pues arrastro los pies al caminar y mi salud muestra síntomas de fatiga. Cárgame sobre Tu hombro, Salvador mío, y déjame descansar tranquilamente en Tus brazos amorosos. Dame la fortaleza para enfrentar cada día, pues Tu amor por mí se renueva cada mañana.

Señor, has sido mi fiel Amigo durante mucho tiempo de mi vida. Me guiaste durante mi niñez y me acompañaste durante mi juventud despreocupada. Me acompañaste mientras conocía las alegrías y las aflicciones del matrimonio, y me apoyaste durante los años frenéticos de la paternidad/maternidad. Y ahora, en el crepúsculo de mi vida, me siento muy agradecido porque eres mi hermoso Salvador que tanto me amó que recibió el castigo que yo merecía en la cruz de la crueldad. Cómo podría agradecerte lo suficiente, Señor mío y Dios mío.

Ruego que me visites a mi avanzada edad y me nutras cada día que acuda a Tu hermosa palabra para obtener mi sustento diario. Te amo, Señor, y aunque anhelo estar junto a Ti y verte cara a cara, mientras haya aliento en mi cuerpo, úsame como un canal por el que fluya Tu amor hacia los demás. Gracias, Padre, pues puedo acercarme con toda confianza a Tu trono de gracia, en el maravilloso nombre de mi Señor y Salvador, Jesucristo,

Amén.

Oración de un cristiano anciano

Oh Señor, Dios mío, has sido mi fortaleza y mi soporte durante toda mi vida. Solo Tú eres justo, bondadoso, misericordioso y paciente con los hijos de los hombres. Señor, mantenme bajo la protección de Tu amor y escucha mi llanto, pues solo Tú eres mi fortaleza y mi soporte. Solo Tú tienes las palabras de la vida eterna.

Has protegido mi vida de la destrucción, me has llevado a Tu rebosante sala de banquetes y has puesto Tu estandarte de amor sobre mí. Mientras viva alabaré Tu nombre, pues has sido mi fuerte Defensor, mi Escudo y mi Rodela, y la Roca de mi salvación, y Te amo, Señor.

Déjame proclamar las glorias de Tu nombre mientras viva. Durante todo el día, déjame proclamar Tu benevolencia y Tus misericordias, que se renuevan cada mañana, pues eres mi Salvador y mi Redentor, y grandiosa es Tu fidelidad. Me has acompañado durante toda mi juventud y me has demostrado que nunca me abandonarás ni me desampararás. Ahora que estoy viejo y débil, mi esperanza y confianza permanecen en Ti. Protégeme de aquellos que quieren hacerme daño, cúbreme con la sombra de Tu ala, y guárdame como a la niña de Tus ojos.

Oh Señor, solo en Ti deposito mi esperanza, y Te alabaré cada día más. Les contaré a mis hijos y a mis nietos sobre Tu bondad y gracia, para que las generaciones futuras ensalzen Tu nombre, Y que la voz de mi descendencia cante alabanzas en gloria de Tu nombre.

Mi vida está en Tus manos, y el júbilo del Señor ha sido mi fortaleza durante todos los días de mi vida. Confío en el Señor, Dios mío. Mi esperanza se cimienta en nada menos que en Jesucristo y Su justicia. Alabado sea Tu glorioso nombre por los siglos de los siglos,

Amén.

Oración por los ancianos que sufren

Padre celestial misericordioso, eres nuestro amparo y nuestra fortaleza, nuestra ayuda segura en los momentos de angustia, y hemos traído ante Ti a los ancianos y a las mujeres que han llegado al crepúsculo de sus vidas y que enfrentan un sufrimiento físico, mental o espiritual.

Señor, respecto a aquellos que son Tus hijos, rogamos que Te mantengas cerca de cada uno de ellos y que les des la suficiencia de Tu fortaleza para resistir el dolor físico o la angustia emocional que enfrentan, como buenos y fieles soldados y siervos de Cristo. Dales la valentía para resistir, sabiendo que los espera una corona de regocijo cuando Su Señor y Salvador aparezca en Su venida.

Pero Señor, sabemos que son muchos los que no Te conocen, y cualquiera sea el dolor y sufrimiento físico y mental que enfrenten, nada se compara al dolor espiritual de no reconocer al Señor Jesús como su Salvador y Redentor. Acércate a todos los ancianos irredentos, y hazlos alcanzar una fe salvadora en el Señor Jesús, en Cuyo nombre oro,

Amén.

Oración por los ancianos y débiles

Amante Señor, Te damos gracias por la alegría de la vida y por todas las misericordias que día a día nos das a cada uno de nosotros; sin embargo, Señor, a medida que pasan los años, nuestros cuerpos comienzan a perder su fuerza, nuestros dedos pierden su destreza y nuestras rodillas comienzan a temblar. Y Señor, muy pronto llegará el momento en que no podremos valernos por nosotros mismos como nos gustaría hacerlo, sino que tendremos que depender de la ayuda de otras personas para hacer las cosas básicas de la vida, como comer y beber, bañarnos y, en general, cuidar nuestros hogares y valernos por nosotros mismos.

Amante Señor, hemos traído ante Ti a todos los ancianos y los enfermos, no solo a los que conocemos, sino que a todos los que enfrentan esta etapa de su vida. Acércate a todos los que nunca han depositado su confianza en Ti y llévalos a una relación salvadora con Jesús, y haz que los integrantes de la familia de la fe reciban en su corazón Tu paz que sobrepasa todo entendimiento, mientras cumplen Tu propósito para sus vidas, en cualquier circunstancia o situación en la que se encuentren.

Dales gracia a aquellos que les cueste aceptar que otras personas los cuiden, sabiendo que Tu gracia basta. A medida que envejecen, ruego que, con Tu amor y misericordia, los lleves a una comunión más estrecha contigo. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.

Oración por mis padres ancianos devotos

Querido Señor Dios, cuánto Te agradezco por mis padres, que han sido un apoyo maravilloso para mí durante toda mi vida. Desde niño me enseñaron sobre Ti, y no puedo agradecerte lo suficiente por haberme dado una familia que Te conoce y Te ama.

Padre, ahora son personas mayores y están debilitándose, y les cuesta cada vez más realizar las tareas más sencillas.

Señor, ruego que me des la fortaleza y la capacidad para cuidarlos mientras necesitan mi ayuda. Sé que es una tarea gigantesca, y no tengo la fortaleza ni los recursos para emprenderla. Aun así, quiero honrar a mis padres y a Ti, Señor, al cuidarlos en el crepúsculo de sus vidas.

Ayúdame, Padre, a cuidarlos con amor y sabiduría y a protegerlos de las dolencias de la mala salud y de las dificultades de estar confinados en cama.

Señor, ambos son hijos Tuyos, y ruego que Tu amor los rodee y que Tu bendición sea derramada con abundancia en cada uno de ellos, hasta que Te los lleves para estar junto a Ti. Ruego en nombre de Jesús,

Amén.