Querido Padre celestial, me siento muy débil y necio cuando me acerco a Ti en oración, porque a menudo no sé qué orar ni cómo convertir los pensamientos de mi corazón en palabras que tengan sentido.
Sin embargo, Señor, me consuela leer en las Sagradas Escrituras que el Espíritu Santo me ayudará en todas mis debilidades, incluso aquellos momentos en que me cueste orar. Gracias, Señor, porque incluso cuando no sé por qué orar ni qué es lo que Dios quiere que ore, el Espíritu Santo de alguna manera orará por mí de manera inexpresable. Gracias por este inmenso consuelo para mi corazón.
Ayúdame a orar de una forma que Te complaza, incluso cuando no se me ocurran las palabras. Ayúdame a odiar lo que es malo y aferrarme a lo que es bueno. Ayúdame a ser amable con los demás y a honrar a mis superiores. Señor, Te pido que me ayudes a tener alegría en la esperanza, paciencia en la aflicción, y fe en la oración, incluso cuando no sepa qué orar.
Gracias, Padre celestial, por la obra del Espíritu Santo en mi vida, y por el privilegio de poder acercarme a Ti en oración, incluso si no digo nada. Alabado sea Tu santo nombre.
Amén.
Padre amado, enséñame a orar como lo hacía Jesús, con un corazón que esté unido a Ti día a día, para así poder orar siempre conforme a Tu buena y perfecta voluntad. Señor, ruego que mis oraciones sean un incienso aromático que ascienda hasta Tu trono de gracia, y que a través de mis oraciones, Tu nombre sea ensalzado y glorificado.
Amante Señor, muchas veces me doy cuenta de que mi voluntad de orar es muy débil y que mi capacidad de orar se ve influenciada por los deseos de mi propio corazón, la cual sé que no es Tu voluntad, o que incluso podría entrar en conflicto con Tu buena y perfecta voluntad.
Enséñame a orar correctamente. Enséñame a orar conforme a Tu buena y perfecta voluntad y no me dejes recitar oraciones mundanas que se hayan formado en mi propio corazón y que no estén en perfecta unión con Tus planes y propósitos.
Señor, a veces mi carne es débil mientras me acerco en oración a Tu trono de gracia. Sin embargo, Padre, Te pido que renueves la firmeza de mi espíritu y me des el poder para orar en espíritu y en verdad, de una forma que Te complazca.
Gracias por el maravilloso patrón de oración que tengo en el Señor Jesús. Enséñame a orar como Él lo hacía y a rogar solo por aquellas cosas que sean justas y complacientes delante de Tus ojos. Ruego en el santo nombre de Jesús,
Amén.
Querido Señor Jesús, qué privilegio tenemos Tus hijos comprados por sangre al poder entrar al trono de la gracia y recitar nuestras oraciones y súplicas ante la presencia de Dios a través de nuestro Señor Jesucristo. Por tanto, Padre Dios, enséñame a orar. Ruego que me enseñes a orar, Señor.
Mi corazón anhela orar de una forma que Te complazca, Padre, para que mis oraciones sean poderosas y eficaces. Quiero conocerte mejor para así conocer Tu voluntad. Entonces, podré orar conforme a Tus planes y propósitos perfectos, no solo en mi vida y en la vida de mis seres queridos, sino que también en un mundo donde las personas perdidas están muriendo y las almas han perdido las esperanzas. Sin embargo, Señor, sé que solo si permanezco en Ti y dejo que mi agotada alma descanse en Tus brazos amorosos, al someterme día a día a Tu Espíritu Santo en espíritu y en verdad, mis oraciones y plegarias lograrán los resultados maravillosos que Te honren.
Ruego que me enseñes Tu voluntad a través de Tu Palabra, y que Tu Espíritu Santo guíe los pensamientos de mi corazón hacia aquellas cosas que has planificado e ideado. Entonces, podré orar de verdad conforme a Tu voluntad, para que así Tu nombre sea glorificado en mi vida y en la de los demás.
Enséñame día a día a orar como debería hacerlo. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Amante Señor, gracias porque habitas en mí y yo habito en Ti, y porque has brindado a todos Tus hijos el maravilloso privilegio de la oración. Gracias, pues la muerte del Señor Jesús nos abrió el camino para acercanos con toda confianza al trono de gracia y ofrecerte oraciones en nuestro tiempo de necesidad.
Señor, enséñame a orar de forma que mis oraciones sean eficaces y poderosas, tanto para los hombres como para Ti, Padre.
Padre celestial, hay muchas almas que están perdidas en sus transgresiones y pecados y que están agobiadas por el sufrimiento y la preocupación; por lo tanto, Señor, hay muchos que enfrentan la eternidad separados de Ti. Enséñame, Señor, la mejor manera de orar por aquellas personas que Te necesitan.
Padre, sé que Tú no quieres que nadie perezca ni sea separado de Ti para siempre; por lo tanto, Señor, he traído ante Ti un mundo perdido y pongo las Sagradas Escrituras delante de Tu trono de gracia. Ruego que, con Tu misericordia, convenzas de sus pecados a muchos de los que habitan este mundo perdido y moribundo, y los convenzas de que necesitan un Salvador.
Ruego que hagas que muchos alcancen una fe salvadora en el Señor Jesús, para que Tu nombre sea glorificado en sus vidas, no solo en este mundo, sino que en los siglos por venir. Ruego en el maravilloso nombre de Jesús, mi Salvador y Rey,
Amén.
Amante Señor Jesús, gracias porque eres un Dios Que escucha y responde todas nuestras oraciones, incluso aquellas oraciones cuya respuesta pareciera tardar mucho tiempo en llegar. Gracias, porque escuchas y respondes a todos Tus hijos que se acercan a ti con un corazón humilde, sin confiar en nuestras propias habilidades ni en nuestro propio valor, sino que solamente en el mérito y la justicia de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
Enséñame, Señor, a tener paciencia en mis oraciones y a aprender a esperar con tranquilidad y confianza Tu momento perfecto, pues sé que siempre me enseñas e instruyes a asemejarme más a Jesús en todas mis obras y caminos, incluidas mis plegarias.
Señor, enséñame a orar conforme a Tu perfecta voluntad, y ruego que, sin importar cuánto deba esperar, me enseñes a esperar con paciencia y a confiar en Tu Palabra por todo lo que has prometido.
Gracias, Señor, pues soy Tu hijo y Tú eres mi Padre. Gracias porque a través de Jesús puedo clamar "Abbá, Padre", sabiendo que puedo acceder libremente a Tu trono de gracia cuando me acerque a Ti con un corazón débil y humilde. Gracias en nombre de Jesús,
Amén.