Querido Dios, me da mucha pena que mi querido hermano se haya vuelto alcohólico, y es tan joven para haberse sumido en este estilo de vida destructivo. Señor, su adicción tiene un efecto muy negativo en su relación con toda su familia, y pareciera haber echado por la borda una vida muy prometedora, lo cual me da muchísima pena.
Señor, pareciera estar tan sumido en esta adicción que temo que no pueda salir de ella; sin embargo, en Ti confío y ruego que, con Tu amor y gracia, lo convenzas desde lo alto de que Te necesita y hagas que vuelva a establecer una relación correcta contigo.
Padre, sé que debe responsabilizarse por esta grave adicción, pero también sé que a veces puede considerarse una enfermedad. Ruego que tengas piedad de mi hermano y lo ayudes a liberarse. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“En todo tiempo ama el amigo, y el hermano nace {para tiempo} de angustia.”