Amante Dios, he estado teniendo recuerdos dolorosos que al parecer no puedo borrar, por más que lo intente. No dejan de perseguirme, y pensé que Jesús podría quitar todo el dolor que hay en mi interior. Dios, ruego que me ayudes.
Sé que soy un pecador, pero creo en Jesucristo y en que Él murió para pagar el precio de mis pecados que yo debería pagar; entonces, ¿por qué me sigo sintiendo tan mal? ¿Por qué me sigo sintiendo tan lleno de culpa, amargura, enojo, odio y resentimiento?
Señor, ayúdame a perdonar a aquellos que me han hecho daño y me han traicionado. Ruego que me sanes de todas las emociones negativas que se acumulan en mi interior. Permíteme borrar los recuerdos dolorosos del pasado y concentrarme en todas las cosas bellas que Jesús ha hecho por mí, así como en las cosas maravillosas que ha preparado para mí en el cielo, de manera de comenzar a disfrutarlas a partir de ahora.
Cuando en mi corazón broten recuerdos dolorosos, ayúdame a dejar de pensar en ellos y a fijar mis pensamientos en todo lo que Jesús hizo por mí. Ayúdame a asemejarme a Jesús. Señor, ayúdame a perdonar a aquellos que me han hecho daño y a no guardar resentimiento. Quita de mi interior las emociones amargas de enojo y traición, y enséñame cuál es la mejor manera de vivir. Enséñame a amar a los demás de la misma manera en que Jesús me amó y dio Su vida por mí, para así poder cambiar mi forma de pensar y concentrarme en las cosas hermosas de mi vida, las buenas relaciones que tengo y los recuerdos felices.
Ruego en Su nombre,
Amén.