Padre celestial, ruego poder entregarte por completo mi espíritu y enfocarme en Ti durante todo el día.
Señor, Te doy gracias porque Tu fortaleza se perfecciona en mi debilidad y porque al depender de Ti en pensamiento, palabra y acción, con Tu gracia, atiendes todas mis necesidades conforme a las riquezas de Tu gloria.
Gracias porque en Ti tengo la fortaleza que necesito para enfrentar el día, la sabiduría que necesito para informar mis decisiones y la gracia que necesito para vivir de manera piadosa en Jesucristo, sin importar las dificultades o los problemas que se manifiesten.
Señor, sé que sin Ti nada puedo hacer; sin embargo Te alabo y Te agradezco porque a través de Cristo puedo hacer cualquier cosa, Quien me fortalece. Alabado sea Su santo nombre.
Amén.