Oración por el precioso cordero de Dios

Estamos destinados a alabarte por tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, pues él es el mismísimo Cordero Pascual que nos ha sido ofrecido y que ha quitado el pecado del mundo, y que con su muerte ha destruido a la muerte, y que con su resurrección nos ha devuelto la vida eterna. Por tanto, junto con los ángeles y los arcángeles, y toda la compañía del cielo, ensalzamos y magnificamos tu glorioso nombre, para así alabarte eternamente y decir: "Santo, santo, santo, Dios Señor de los Ejércitos, el cielo y la tierra están llenos de tu gloria". Que la gloria esté contigo, oh altísimo Señor.

¡Amén!