Padre celestial amado, hoy lucho arduamente por mi empresa. El panorama económico ha llevado a mi pequeña empresa próspera a quedar prácticamente paralizada, y he descubierto que no estoy en condiciones de pagar a algunos de mis acreedores. Igual de preocupante es que varias personas me deben dinero, pero no pueden pagarme, ya que también están luchando.
Señor, solo Tú puedes ayudarme, y Te doy gracias por todo lo que me has dado tan generosamente en el pasado. Hoy he venido a Ti a rogarte que, con Tu gracia, permitas que mi empresa supere esta lucha financiera, para así no endeudarme y estar en condiciones de cumplir con los pagos que debo hacer.
Señor, dejo todas estas dificultades en Tus manos. Confío en Ti, Padre. Señor, hoy recuerdo un versículo del Salmo 37: "Yo fui joven, y ya soy viejo, y no he visto al justo desamparado ni a su descendencia mendigando pan". Señor, este también es mi testimonio. Has sido muy misericordioso conmigo durante toda mi vida, y Te confiaré esto también. Señor, dejo mi futuro en Tus manos,
Amén.