Padre celestial, rogamos fervientemente que nuestras vidas produzcan el bello fruto del Espíritu, el cual se arraiga y se fundamenta en amor piadoso, y se produce en una vida que camina en espíritu y en verdad.
Ruego que la vida de Cristo cuide mi espíritu y gobierne mi vida, y ruego poder someterme por completo a la orientación y la guía de Tu Espíritu Santo. Ruego que me enseñes a caminar en espíritu y en verdad, vivir conforme al Señor, depender de Tu gracia suficiente y, con Tu fortaleza, cumplir el nuevo mandamiento que le diste a la Iglesia de amar a los demás tal como Cristo nos amó.
Mi amor es débil y pobre; sin embargo, ruego que, con Tu misericordia, avives el fuego de mi corazón e infundas en mí un amor propio de Cristo, y hagas brotar en mí un amor profundo y genuino por todos mis hermanos y hermanas en Cristo.
Ruego poder aprovechar cada oportunidad para demostrar Tu amor ante los demás en acción, actitud, disposición y motivación, y manifestar Tu amor no solamente con mis labios, sino que con mi vida, al entregarme a Tu servicio y al caminar con un espíritu santo y humilde durante todos los días de mi vida, para Tu gloria y alabanza. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.