Padre celestial, he venido a Ti en el hermoso nombre de Jesús mi Salvador, cuya sangre derramada es omnisuficiente y es capaz de liberarme de los poderes y de las fortalezas que me han esclavizado. En nombre de Jesús, Te pido que derribes el poder del pecado en mi vida y de la esclavitud a todas las fortalezas que hay en mí. Frustra los planes y propósitos malvados que el enemigo tiene en contra de mí, pues sé que Tú eres más fuerte y que Tu plan para mi vida es la libertad perfecta en Cristo.
Señor, lamento haberle dado lugar a Satanás en mi vida, y me arrepiento de haberle permitido que tomara el control de esta. Ruego que derribes su poder en mí y me hagas rebosar de Tu Espíritu Santo. En mi angustia, invoco el nombre del Señor Jesús y creo firmemente en las promesas de que nada puede separarme del amor de Dios a través de Jesucristo mi Señor. Ruego que derribes cualquier fortaleza que haya en mí y, a partir de hoy y para siempre, déjame vivir para Tu gloria y alabanza. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.