Padre celestial, estoy muy agradecido por mi trabajo, y quisiera alabarte y agradecerte por habérmelo brindado generosamente.
Gracias, pues mi trabajo me permite atender nuestras necesidades diarias, por lo cual Te alabo y Te glorifico.
Ruego poder trabajar de una manera que honre Tu nombre. Ruego que me mantengas dispuesto y capaz de cumplir todas las tareas y deberes que tenga por delante con integridad y diligencia.
Gracias por los otros trabajadores y por mis colegas, y estoy agradecido por todas las lecciones que me enseñas a través de este puesto de trabajo. Ruego que Jesús siga siendo glorificado en todo lo que diga y haga en Su nombre,
Amén.