Cuánto Te amo, Señor Jesús, y tan solo quiero alzar mi voz de agradecimiento y gratitud por todo lo que eres para mí y por Tus muchas promesas hermosas que son sí y amén en Jesucristo mi Señor.
Has velado por mí todos los días de mi vida y cada momento de cada día. Tu mano de bendición se ha posado sobre mí desde el momento en que fui concebido. Me protegiste en el vientre, estuviste allí cuando tomé mi primer aliento y me acompañas en cada paso que doy. Has ido delante de mí pero a la vez estás detrás de mí, estás sobre mí y también debajo de mí, y me sostienes con la diestra de Tu justicia. Me acompañas y habitas en mí, y Te doy gracias porque antes de la creación del mundo me elegiste para que fuera Tu hijo.
Cuando tuve miedo, estuviste allí para consolarme, y cuando me caí, me levantaste y pusiste mis pies en la senda correcta. Cuando había tinieblas y oscuridad en el camino, iluminaste mi senda, y cuando la tristeza sacudió mi vida, estuviste allí para consolarme y auxiliarme. Y oh Señor, cuando fui infiel, con Tu gracia, permaneciste fiel y verdadero, pues no puedes negar Tu santo nombre.
Te amo, Señor, pues no hay nadie como Tú. Gracias porque eres mi Señor y mi Dios. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.