Padre, oramos por todos los maestros cristianos, sobre todo aquellos que intentan educar en el sistema escolar público, que imparte cada vez más un programa contrario a Dios. Dales valentía y sabiduría para enseñar la verdad, y sabiduría y discernimiento cuando los cuestione un sistema que realmente ha cerrado la puerta a la verdad de la Palabra de Dios.
Vela por todos aquellos maestros cristianos que son un blanco de aquellos que intentan hacer callar la voz de la verdad. Manten sus ojos puestos en Ti para recibir fortaleza, y que permanezcan firmes en el Señor y en el poder de Su fortaleza. Rogamos que los sostengas con Tu diestra poderosa mientras enfrentan los desafíos de este mundo caído.
Concédeles a cada uno de ellos discernimiento y sabiduría, y llénalos de la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento, sobre todo cuando enfrenten el estrés, las tensiones y los desafíos inevitables del sistema educativo actual. Ruego que los uses para que sean verdaderos testigos del Señor Jesús, no solo en lo que enseñen, sino que en la forma en que impartan sus clases, con imparcialidad, gracia, aliento y sabiduría. Rogamos en nombre de Jesús y en Su gloria,
Amén.
Querido Padre que estás en los cielos, cuánto Te agradezco por aquellos que has llamado a ministrar a los niños y jóvenes que asisten a las clases dominicales de nuestra escuela.
Ruego que cada uno de ellos se llene del Espíritu Santo y tenga el profundo deseo y la capacidad de guiar a los jóvenes a su cargo hacia un conocimiento cabal de la Palabra de Dios y del plan de la Salvación. Dales la capacidad y el entendimiento para guiar a sus jóvenes alumnos por la senda cristiana a través de una enseñanza basada en la sana doctrina.
Ruego que cada maestro reconozca el papel fundamental que cumple en el desarrollo espiritual de sus pupilos, así como el papel importante y la responsabilidad de establecer un fundamento espiritual firme y seguro en sus vidas.
Ruego que hagas brotar en ellos el deseo de estudiar Tu Palabra por ellos mismos, de forma que crezcan en la gracia y aumente su conocimiento y amor por el Señor Jesús. Y ruego que, con su ejemplo, también brote en sus jóvenes alumnos el deseo de caminar de forma personal junto al Señor Jesús.
Por lo tanto, señor, ruego que uses a cada uno de ellos para inculcar a sus jóvenes alumnos la importancia de leer la Palabra de Dios, estudiar la Biblia y aprender las Sagradas Escrituras por ellos mismos, de forma que también maduren en la fe y puedan permanecer firmes en un mundo que pareciera haberse olvidado del Dios Que los creó. Que estas clases dominicales sean instancias donde el Señor Jesús sea ensalzado. En nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, hemos traído ante Ti a todos los maestros de nuestra tierra, y rogamos que los cuides y los guíes en la esencial responsabilidad de educar a una nueva generación de niños y jóvenes.
Señor, confesamos que como nación hemos intentado mantener a Dios fuera del aula y lejos de la escuela y de las clases, y reconocemos que esto nos ha perjudicado y que ha sido nefasto para los niños que son educados en nuestro sistema escolar.
Señor, rogamos que desafíes los corazones de nuestros educadores para que reconozcan las vulnerabilidades de los niños y equilibren la disciplina con la dignidad y el control con el cuidado. Ayúdales a los maestros a tener consciencia de la necesidad de hacer críticas constructivas y no destructivas, y a ofrecer un entorno motivador que fomente la justicia, la honestidad, la integridad y una alabanza adecuada. Un entorno de aprendizaje donde se cultive la confianza y no se explote.
Señor, rogamos que formes maestros que tengan principios piadosos y que usen técnicas pedagógicas imparciales, y que nuestras aulas y nuestros maestros vuelvan a adoptar los principios piadosos a los que se aferraban nuestros ancestros. Rogamos en nombre de Jesús,
Amén.