Padre, no soy digno de recoger las migajas que hay debajo de Tu mesa; sin embargo, eres un Dios misericordioso cuya naturaleza es bondadosa y compasiva y, con Tu sabiduría, has revelado los cimientos de Tu carácter y has relevado Tu ser ante nosotros en las páginas de las Sagradas Escrituras.
Gracias por Tu gracia incomparable, pues a pesar de que no soy digno, me has sacado del lodo cenagoso y has puesto mis pies sobre la roca de mi salvación y me has sentado junto a Cristo en lugares celestiales.
Señor, ruego que, con el poder del Espíritu Santo, me otorgues el espíritu de la sabiduría y del entendimiento, de manera de conocerte mejor y amarte cada día más. También ruego que Tu Palabra de verdad ilumine los ojos de mi corazón, de manera de conocer con mayor profundidad la esperanza a la que he sido llamado.
Permíteme comprender con mayor profundidad qué significó para Ti haber muerto en la cruz por mis pecados. Hazme manifestar una reverencia más profunda por Quién eres realmente. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.
Padre celestial, ruego que me permitas conocer y comprender con mayor profundidad al Señor Jesucristo, que es el Camino, la Verdad y la Vida, pues al conocerlo recibiré vida eterna.
Padre, prometiste que en Cristo conoceríamos la verdad y que la verdad nos haría libres, y también prometiste que el Espíritu Santo nos guiaría hacia toda la verdad. Señor, deseo conocer la verdad, conocer más al Señor Jesús, y conocerlo con mayor abundancia.
Padre, fue Pilato quien preguntó: "¿Qué es la verdad?" Sin embargo, Tu Palabra deja perfectamente claro que Jesús es la respuesta a tal pregunta . Él es la verdad, la verdad absoluta y nada más que la verdad, y ruego poder conocerlo de manera más íntima día a día.
El enemigo intenta ocultarse o pervertir la verdad a través de engaños y mentiras; sin embargo, ruego que me des la sabiduría y el discernimiento para saber cuándo la verdad de Cristo se está tergiversando o malinterpretando. Ayúdame a conocerlo cada vez más a Él y el poder de Su resurrección, llegando a ser semejante a él en su muerte, pues he muerto y mi vida está escondida con Cristo en Dios. Alabado sea Su santo nombre.
Amén.
Querido Señor Jesús, anhelo conocerte cada vez más y en lo profundo de mi alma deseo intensamente acercarme a Ti, Señor. Conozco mucho sobre Ti, Tu nacimiento en Belén, Tu ministerio a los heridos y oprimidos, Tu crucifixión, entierro y resurrección y tu ministerio actual, donde estás sentado a la diestra del Padre en el cielo. Sin embargo, Señor, quiero conocerte a nivel personal e íntimo, e identificarme contigo en cada ámbito de mi vida.
Ruego que me ayudes a identificarme contigo. A identificarme con Tu muerte, de manera de morir a mí mismo y vivir una vida nueva. Señor, tal como Pablo oró: "A fin de conocerlo y el poder de Su resurrección, y la participación de Sus padecimientos, llegando a ser semejante a Él en su muerte", Señor, mi plegaria es la misma. Y más aún, Señor, también quiero poder decir junto a él: "Estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Jesucristo mi Señor".
Ayúdame día a día a crecer en la gracia y el conocimiento de Ti, hasta poder decir: "Ya yo no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí". Ruego en Su hermoso nombre,
Amén.
Señor, Te amo y quiero conocerte cada vez más. Anhelo poder volverme cada vez más íntimo contigo, Dios mío y Salvador mío.
Día a día dame sed de Ti, y déjame conformarme solamente si logro la relación más íntima contigo mientras me mantengo aferrado al supremo llamamiento de asemejarme a Jesús.
Acércame a Ti, querido Señor, y mantenme envuelto en Tu gracia y amor minuto a minuto.
Amén.
Padre, gracias por Tu Palabra, que es una lámpara a mis pies y una luz en mi senda, y gracias, Padre, por el Señor Jesucristo, la Palabra viva hecha carne, Que tiene vida en Él mismo y que es la luz del mundo en la Cual no hay tinieblas.
Señor, más que nada, deseo bañarme en aquella luz del Señor Jesús, para que así la luz de Su amor y gracia resplandezca a través de mí hacia los demás, sobre todo cuando las circunstancias de la vida parecieran ser lúgubres y oscuras.
Padre, nos has llamado a ser luces en el mundo, que reflejen la gloria y la luz de Cristo, y ruego poder convertirme en Su reflejo, de manera que los hombres vean mis buenas obras y glorifiquen a mi Padre que está en los cielos.
Señor, sé que debo mengüar hasta no ser nada para que Él crezca en todo y se convierta todo en todos. Padre, ruego que, sin importar lo que haga falta, elimines todo lo que disminuya la luz y el amor de Cristo en mí, de manera que Jesús sea ensalzado en mi corazón y en mi vida, y ruego que mi vida egoísta se vuelva tan translúcida y transparente que los demás puedan ver a Cristo en mí, para Tu gloria y alabanza. En nombre de Jesús,
Amén.