Oh Dios, he tenido mucha prisa de llegar a no sé dónde. Pareciera que todos tienen prisa de llegar a algún lugar, y yo también la tengo, pero tiendo a perder el rumbo por culpa de esta.
Tal como los discípulos se acercaron a Jesús y le pidieron "Enséñanos a orar", también he venido a Ti, oh Señor, a pedirte que me enseñes a orar y por qué orar.
Señor, sosiega mi corazón apresurado y hazme sensible a Tu voz. No te pido que hables audiblemente. Me daría miedo si lo hicieras. Pero ruego humildemente que sincronices mi espíritu contigo, para así poder discernir la voz de Tu Espíritu. Ayúdame a detenerme en mi apresurada vida y a sentarme tranquilamente a Tus pies, para así hacerme sensible a Tu voz.
Ruego en nombre de Jesús,
Amén.