Plegaria de un hijo de Dios

Amante Señor Jesús, he venido a Ti como un hijo Tuyo necesitado y en aprietos, y con una gran deuda financiera. Señor, sé que esta se ha acumulado durante varios años, y no había querido admitir que me endeudaba cada vez más. Señor, apenas sé cómo proceder, por lo que he venido a Ti en mi desamparo a suplicarte que me digas qué debo hacer.

Señor, confieso que de muchas maneras he abordado esta inmensa deuda de forma negligente, y que he buscado excusas para no aceptar la cantidad de dinero que le debo a un número cada vez mayor de acreedores.

Acompañame, Señor, mientras enfrento este problema, pues sé que Tú eres mi Padre y yo soy Tu hijo. No Te he amado como debería hacerlo, y a menudo he separado mis necesidades espirituales de mis otras necesidades. Pero Señor, necesito que vivifiques mi espíritu, confortes mi alma y atiendas todas mis necesidades conforme a las riquezas de Tu gracia.

Amén.