Plegaria de misericordia

Oh Dios, Padre nuestro y Creador de todo, Te bendecimos y Te agradecemos porque gobiernas todo y porque nada pasa sin que Tú lo permitas en Tu inmensa gloria. Te agradecemos por las numerosas bendiciones que derramas en los hijos de los hombres, que superan con creces las que podríamos pedir, imaginar o merecer.

Señor, nos hemos alejado de Tus leyes y de Tus estatutos. No Te hemos amado como corresponde. Hemos profanado Tus obras y Tus caminos. Le hemos dado la espalda a la gloriosa salvación que has ofrecido a cada integrante de esta rebelde carrera, a través de Tu gracia y favor. Hemos despreciado la benevolencia y la misericordia que día a día nos extiendes y que se renuevan cada mañana. Hemos rechazado el evangelio de la gracia y hemos menospreciado el sacrificio de Tu Hijo unigénito, y solo merecemos Tu ira y la furia de Tu juicio. Padre, hemos pecado en contra del cielo y delante de Tu rostro, y ya no somos dignos de recibir Tu gracia ni Tu perdón.

Sin embargo, Señor, eres un Dios misericordioso, paciente y compasivo, y hoy clamamos ante Ti por nuestros pecados rebeldes y por los pecados de las naciones soberbias, que ascienden hacia ti como una nube podrida de tinieblas. Señor, rogamos por Tu misericordia.

Rogamos que nos perdones. Perdona nuestra negligencia y nuestra rebeldía. Perdona nuestra indiferencia y nuestra soberbia. Perdona nuestros corazones ingratos y nuestra necedad. No somos dignos de pedir Tu misericordia ni de suplicar Tu perdón, pues hemos sido un pueblo rebelde y las naciones le han dado la espalda unánimamente a Tu voluntad y a Tus caminos. Sin embargo, ten compasión de la raza humana, pues somos la obra de Tu mano y Tu Hijo murió para redimir la humanidad del abismo del infierno. Escúchanos, Señor, mientras rogamos que perdones todas nuestras transgresiones y los pecados de nuestras naciones. Oh, Señor, perdónanos. Oh, Señor, ten piedad. Oh, Señor, rogamos que escuches nuestra plegaria, recibas nuestro clamor y nos sanes. Haz que los necios cuyos corazones han dicho que Dios no existe se vuelvan a su Creador. Da una lección de humildad a los corazones de los rebeldes, para que así vean Tu rostro y sean salvados. Rogamos en nombre de Jesús,

Amén.