Rey celestial misericordioso, para nosotros siempre es difícil ver a nuestros seres queridos envejecer y atravesar las pruebas del paso de los años y del deterioro de su salud; sin embargo, Padre, cuánto Te agradezco por la vida y el testimonio de este querido hermano en Cristo.
Señor, mientras se acerca al día en que lo llames a casa para estar junto a Ti, ruego que lo mantengas envuelto en Tus brazos amorosos. Sostenlo con la diestra de Tu justicia, y que reciba el consuelo bondadoso de Tu Espíritu Santo en lo profundo de su ser.
Gracias, Señor, por todo lo que nos ha enseñado sobre Ti, y por la gracia y el ánimo que ha brindado a muchos con su vida y testimonio. Y ahora Señor, ruego que la gracia de nuestro hermoso Señor Jesucristo lo acompañe mientras su alma descansa en Ti. Permítele establecer una hermosa comunión espiritual con Tu Espíritu Santo de paz y amor mientras cruza el portal final hacia el reino eterno. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.