Padre Celestial, gracias por ayudarme a rehabilitarme de mi alcoholismo. Gracias, Padre, por haberme sacado del lodo cenagoso, haberme salvado del abismo de la desesperación y haber puesto mis pies en terreno firme. Gracias, pues Te preocupaste de acompañarme durante toda mi recuperación, me sostuviste con la diestra de Tu justicia, y derramaste Tu gracia y misericordia para ayudarme en mi momento de necesidad.
Me arrepiento de mi absurda caída en el alcoholismo y confieso que no había querido admitir que estaba adoptando un estilo de vida cada vez más impío. Perdona mi egoísmo insensato, y Te doy gracias desde el fondo de mi corazón porque me pusiste en la senda correcta hacia la libertad en Cristo al haber puesto en mi boca un cántico nuevo, un canto de alabanza a mi Dios.
Oh, cuánta alegría y paz siento al conocer y confiar en el Señor Jesucristo. Has hecho maravillas en mi vida y alabo la buena obra que estás haciendo en mí. Gracias por la libertad que en Ti he hallado mientras me has orientado suavemente por el camino hacia mi rehabilitación. Eres mi Dios y has hecho maravillas grandiosas y poderosas en mí, y alabaré Tu santo nombre por los siglos de los siglos,
Amén.
“El es el que perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus enfermedades;”