Padre celestial, he traído ante Ti a todos los hombres y las mujeres que están encerrados tras las rejas de una cárcel y que han sido privados de libertad debido a sus diversos crímenes.
Padre, solo Tú conoces el corazón de cada uno de ellos y la razón por la cual están encarcelados, y solo Tú puedes hacer que estos hombres y mujeres se arrepientan y alcancen una fe salvadora en el Señor Jesucristo.
Padre, solo Tú puedes convencer a estas personas de sus crímenes, y oro por cada una de ellas, pues sé que moriste para recibir el castigo completo por sus pecados. Y Señor, aunque está bien que los hombres y las mujeres enfrenten las amargas consecuencias de sus crímenes, ruego que lleguen a comprender que en Cristo sus pecados podrán ser perdonados, y que alcanzarán el verdadero arrepentimiento si confían en el Señor Jesús como su Salvador.
Ruego que envíes personas a las distintas cárceles del país y de todo el mundo para que ministren a los reclusos en su momento de necesidad y les cuenten sobre Cristo y sobre el maravilloso perdón de los pecados que solo de Él proviene. Ruego que tengas piedad de cada uno de ellos. En nombre de Jesús,
Amén.