Querido Señor, Te doy gracias por darme esta entrevista de trabajo. Me siento muy nervioso, ya que de verdad necesito este trabajo para poder mantener a mi familia. Ruego que sosiegues mis nervios y le des paz a mi corazón. Ayúdame a prepararme para las preguntas que me harán.
Pero, Dios, dependo de Ti. Siempre has estado ahí para ayudarme, y creo que seguirás acompañándome mientras enfrento este inminente desafío. Gracias, pues puedo confiar en Ti, y ruego que me ayudes a prepararme para esta entrevista, pues sé que has prometido acompañarme en cada momento del día.
Te pido que me ayudes a relajarme durante la entrevista y que me ayudes a responder las preguntas con sabiduría y honestidad. Ruego poder darles una buena impresión.
Gracias, pues eres mi Señor y yo soy Tu hijo. Cuán bienaventurado porque sé que estás presente en todos los sucesos de mi vida y que has planificado cada día de mi vida, incluso esta entrevista. Confiaré en Ti y no tendré miedo.
Amén.