Padre, Te damos gracias porque se acerca el día en que la paz mundial inunde la tierra, cuando Tu Hombre Ungido, Jesucristo nuestro Señor, se siente en el trono de David, y el reino de este mundo, que actualmente es gobernado por Satanás, se convierta en el reino de nuestro Señor y de Su Cristo. Alabado seas, Dios, pues has prometido la paz mundial a todos los que confían en el nombre del Hijo unigénito de Dios.
Mientras vemos a las naciones del mundo luchar por establecer su propia forma de paz mundial, a través de manipulaciones políticas y presiones económicas, danos compasión por su falta de entendimiento espiritual. Rogamos que Tu Espíritu Santo convenza los corazones de muchos hombres para que se den cuenta de que ningún rey terrenal, ningún presidente electo, ninguna regla partidista ni ningún sistema creado por el hombre podrán jamás implantar la paz que tanto desea y necesita el mundo. Pues los planes y propósitos del hombre se basan en un mundo caído, una filosofía defectuosa y un rebelde ángel caído, Satanás.
Alabado seas, Dios, pues con Tu gracia, has planeado traer la paz mundial en Tu momento señalado. Hasta entonces, rogamos que nos protejas con Tu amor incondicional y llenes nuestros corazones de aquella paz que sobrepasa todo entendimiento, a través de Jesucristo nuestro Señor,
Amén.