Amante Señor, ruego que sosiegues mi corazón y tranquilices mi alma ante Ti, para así aprender a esperarte y a escuchar Tu suave susurro. Deja que Tu perfecta paz inunde mi mente, pues Tú eres mi fortaleza y suficiencia. Eres mi todo en todos.
Ruego que protejas mi mente del clamor y la intriga de este sistema mundial que a menudo llena mi corazón de temores y desvía mis pensamientos de Ti, para así poder descansar en Tus brazos de amor y para que me llenes de Tu perfecta paz que sobrepasa todo entendimiento.
Ayúdame a capturar cada pensamiento, y cuando las dificultades de este mundo complejo intenten manipular mi atención y desviarla de Ti, déjame fijar mis pensamientos en Jesús, sabiendo que Él es el Autor y Consumador de mi fe y mi Príncipe de la Paz, en Cuyo nombre oro.
Gracias, Señor, por Tu promesa de que nos guardarás en perfecta paz si nuestros pensamientos en Ti perseveran.
Amén.