Padre amado, sé que a menudo nos interrumpes y nos alejas de los asuntos de la vida a través de una enfermedad o un período de mala salud, para que así nos veamos obligados a quitar nuestra atención del ajetreo de la vida y quedemos tumbados en un lecho de enfermo impuesto, a fin de redescubrir cuáles son nuestras verdaderas prioridades en la vida.
Padre, sé que no he pasado tiempo de calidad junto a Ti, pues he permitido que los deberes cotidianos de la vida y otros asuntos menos importantes me impidan pasar tiempo a solas ante Tu presencia.
Ruego que me perdones. Quiero aprovechar este tiempo de mala salud como una oportunidad para acercarme a Ti. Oriéntame y guíame en este tiempo de enfermedad, para que se convierta en un período de descanso espiritual y físico.
Padre, ruego que no solo sanes mi cuerpo, sino que también mi relación contigo. En nombre de Jesús,
Amén
“y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente,”