Padre Celestial, sé que en Tu mano están mis años, y también creo que Te preocupas de todo lo que ocurre en mi vida. En Tu soberanía, no Te sorprende nada de lo que le ocurre a ninguno de Tus hijos. Creo que dispones todas las cosas por el bien de todos los que Te amamos. Creo que Te preocupas de cada uno de nosotros con amor perfecto y santo.
Hoy he venido a Ti ya que mi salud se ha deteriorado a causa de una dolencia que no ha sido diagnosticada. No sé qué hacer, pero sé que Tú comprendes todo lo que pasa conmigo. Creo que Tú sabes exactamente lo que necesito para recuperar mi salud y fortaleza por completo, y confío en Ti en este período de enfermedad de mi vida.
Dios, ruego que Tu toque sanador se pose sobre mi vida, y ruego que me brindes el tratamiento que mejor atienda mi enfermedad. Te pido que me dirijas por el camino que debo tomar en este difícil momento de mi vida. Gracias, Padre, ruego en nombre de Jesús,
Amén.
“Sáname, oh SEÑOR, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque tú eres mi alabanza.”