Oh Señor, estoy enfermo, tengo miedo y estoy solo, pues no tengo a nadie que me cuide. No tengo a nadie a quien le interese, y me siento perdido, solo y muy vulnerable. Y ahora, Señor Jesús, he contraído esta enfermedad y me siento muy enfermo. Señor, Te pido que me ayudes a recuperarme pronto, y ruego que eleves mi espíritu debilitado.
Señor, en el fondo de mi corazón sé que no estoy solo, pues Tú estás conmigo, que es la verdadera razón por la que ahora he venido a Ti en oración, ya que prometiste acompañarme y nunca abandonarme ni desampararme, incluso si todos los demás lo hacen. Ruego que me acompañes ahora y extiendas Tu mano sanadora de bendición y me toques, Señor. Te pido que me hagas sentir mejor, no solo en mi cuerpo, sino que también en mi vida.
Gracias, pues puedo invocarte en la adversidad, en la enfermedad o en la soledad, y sé que siempre estás allí para escucharme, responderme, sanarme, consolarme y ayudarme. Señor, ruego que me ayudes a aplicar esta verdad en mi vida, no solo cuando esté enfermo, sino que todos los días,
Amén.
“Dios prepara un hogar para los solitarios; conduce a los cautivos a prosperidad; sólo los rebeldes habitan en una tierra seca.”