Querido Dios, fuiste Tú Quien al comienzo dijo que no es bueno que el hombre esté solo, por lo que trajiste a la mujer para que lo ayudara, lo acompañara, lo consolara y fuera su amiga. Y gracias, Señor, por la bella institución del santo matrimonio.
Padre, hoy he venido a Ti con tristeza y angustia, ya que mi matrimonio enfrenta grandes desafíos y pareciera que nuestro amor el uno por el otro ha caído en el desinterés y en la desconfianza.
Señor, ayúdanos a restaurar nuestro matrimonio, y llévanos de vuelta a aquel lugar donde éramos tan felices con la compañía del otro. Perdona las palabras desconsideradas y las acciones insensatas que ambos hemos cometido, y ruego que nos devuelvas la belleza del amor que alguna vez tuvimos.
Llénanos de Tu amor, y danos la sabiduría y la fortaleza para reconstruir nuestro matrimonio con el fuerte vínculo de unidad y gracia que solo se halla en Ti.
Gracias, Señor, por escuchar esta oración,
Amén.