Padre, Te doy gracias por el privilegio de poder acercarnos a Tu trono de gracia en oración a pedir que nos ayudes y nos consueles en nuestro momento de necesidad. Señor, hoy he venido a Ti a orar por mis colegas de trabajo, que me han convertido en un blanco de persecución por el solo hecho de creer en Tu nombre. Señor, hemos sido llamados a bendecir a aquellos que nos persiguen, poner la otra mejilla, bendecir y no maldecir; por lo tanto, Te pido que bendigas a cada uno de mis colegas que hacen lo posible por acosarme, avergonzarme y humillarme. Dame Tu fortaleza y gracia para enfrentar esta persecución cada día y permíteme, a través de Tu Espíritu, amarlos y no odiarlos, bendecirlos y no maldecirlos.
Padre, sé que mediante la oración se pueden lograr muchas cosas, y reconozco que esta es una batalla espiritual que ha de combatirse de rodillas; por lo tanto, Te pido que, a través de Tu Espíritu Santo, conviertas esta difícil situación en una victoria sobre el enemigo, que intenta destruirnos y aislarnos. Señor, sin importar cuánto tarde, ruego que conviertas los corazones de aquellos que me persiguen y les des el calor del Espíritu de verdad. Ruego que los convenzas de que necesitan un Salvador.
Padre, en el fondo de mi corazón sé que el sarcasmo, la humillación y la persecución de la que soy víctima en realidad constituyen un acto de odio contra Ti y el Señor Jesús. Gracias, pues me has considerado digno de participar de Tus padecimientos. Ruego que conviertas esta situación en una que glorifique Tu santo nombre. En nombre de Jesús,
Amén.