Padre celestial amado, Que hiciste que se escribieran todas las Sagradas Escrituras para nuestro aprendizaje, ruego que abras nuestros corazones y mentes, para que así estemos dispuestos a escuchar y comprender todo lo que hoy nos tiene que enseñar Tu Espíritu Santo.
Déjanos leer, apreciar, aprender y digerir en nuestro corazón todo lo que bondadosamente has condescendido a darnos en Tu Palabra. Ayúdanos no solo a ser oyentes de Tu Palabra, sino que a recibir y poner en práctica todo lo que aprendamos de Ti en nuestras vidas, para Tu gloria y alabanza.
Ruego que me guíes mientras busco predicar la verdad de Tu palabra. Danos oídos que estén preparados para escuchar y corazones que estén dispuestos a aprender, y déjanos alimentarnos del Pan de vida, Que descendió de los cielos para ser nuestro Salvador y Señor.
Rogamos en nombre de nuestro hermoso Salvador, Jesucristo nuestro Señor,
Amén.