Padre celestial, he venido una vez más a Ti a rogar que me des Tu gracia suficiente que has prometido a todos Tus hijos, y ruego que me brindes Tu paz perfecta y cuides mi corazón en estos días difíciles.
Durante toda mi vida, me he acercado a Ti en la adversidad y jamás me has desilusionado. Gracias porque el largo, la amplitud, la altura y la profundidad de Tu gracia sobrepasan mi entendimiento, y porque Tu paz perfecta sobrepasa mi comprensión, y aun así has brindado gracia y paz a aquel cuyo pensamiento en Ti persevera.
Ruego que en mi debilidad pueda conocer Tu fortaleza, en mi tristeza pueda conocer Tu júbilo, en mi dolor pueda conocer Tu toque sanador y, en estos momentos difíciles y complicados, ruego poder conocer Tu gracia maravillosa y Tu paz perfecta en lo profundo de mi alma. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.