Amante Señor, Te doy gracias por mi vida y Te alabo por Tu gran bondad y abundante misericordia, que se renuevan cada mañana. Gracias porque eres un Padre bondadoso y fiel, incluso cuando me alejo de Ti o cuando permito que las ansiedades de la vida me arrebaten la paz y me quiten la alegría en el Señor.
Ruego que Tu paz perfecta cuide mi corazón y que le brindes tranquilidad y serenidad a mi alma. Ruego que protejas mi mente y guíes mis pensamientos, y no me dejes preocuparme por lo que podría o no podría pasar, sino hazme mantener los ojos de mi corazón puestos en Jesús y mis oídos siempre abiertos a Su orientación y guía.
Dame fortaleza para enfrentar todas las eventualidades de la vida con la firme certeza de que Tu gracia basta para todas mis necesidades. Ayúdame a mantener los ojos puestos en Jesús con confianza, tranquilidad y serenidad, pues sé que Él es el autor y consumador de mi fe. Ruego en Su hermoso nombre,
Amén.