Padre celestial, tal como fuiste el proveedor de Abraham, Isaac y Jacob, Te alabo y Te agradezco porque también eres mi proveedor celestial. Señor, gracias por todas las maneras en que día a día has atendido mis necesidades durante toda mi vida. No solo has atendido las necesidades de mi vida actual, sino que me has brindado muchos dones maravillosos, incluido el don de Tu Hijo unigénito, a través del Cual he recibido el don de la Salvación por la gracia y mediante la fe en Su obra terminada en El Calvario.
Señor, ruego que sigas bendiciéndome y favoreciéndome a mí y a mi familia de muchas maneras, no solo en las provisiones de este mundo, en la salud, en la fortaleza y en todas nuestras necesidades materiales, sino que, más importante aún, ruego que mi alma pueda prosperar, pueda crecer espiritualmente y pueda comprender de manera más profunda al Señor Jesús; asimismo, ruego poder crecer en la sabiduría y el conocimiento de Ti, de forma de crecer en la gracia y el amor y ser un canal por el cual Tu amor y gracia fluyan hacia todos aquellos con los que tenga contacto.
Señor, son tantas las bendiciones que me has brindado que no puedo contarlas, y aunque muchos no comprenderían ni valorarían el peso de gloria que contienen, Tus dádivas hacia mí son tesoros que durarán por toda la eternidad. Por tanto, dame una perspectiva correcta del éxito y de la prosperidad. Ruego que me impidas amoldarme al mundo. No me dejes ver el éxito y la prosperidad a través de los ojos del mundo, sino a través de Tu perspectiva perfecta y eterna, pues Tu amor, luz, paz y júbilo que me has brindado son mejores que la vida misma, y alabo Tu santo nombre, Dios mío y Rey mío. En nombre de Jesús,
Amén.