Padre amado, sé que vivimos días de mucho engaño, donde suele ser difícil conocer la verdad. Engaño no solo en el mundo, sino que en la Iglesia, aunque Tú nos has dicho que si conocemos la verdad, la verdad nos hará libres.
Gracias, pues ya soy libre de la esclavitud del pecado y de la muerte, y tengo mis pies puestos firmemente en el Señor Jesucristo. Sin embargo, también ruego que me des discernimiento y un corazón entendido para saber qué es bueno y verdadero, y para poder identificar y rechazar lo que es falso y engañoso.
Ayúdame a poner a prueba cada espíritu para conocer la verdad o saber si se trata de un engaño. Ruego que me des sabiduría y entendimiento para discernir la diferencia entre la verdad y el error. Gracias, pues no eres un Dios de confusión, sino de paz. Dame un corazón entendido. Ruego en nombre de Jesús,
Amén.